Las cajas de
un relato vibrante
Por
Leandro Arteaga
Que 7 cajas
continúe despertando adhesión, curiosidad, críticas, es signo de lo mucho que
una película puede generar cuando el boca a boca es cierto, de un empeño
perseverante para con su público. La atención distintiva aparece también,
claro, porque se trata de una producción paraguaya, cuyo contexto de cine
apenas emerge, con respuesta masiva de público y proyección internacional.
La edición reciente en dvd permite recuperar el
acceso a un film cuya distribución en Rosario tuvo reparo en una única sala,
durante una sola semana. Pero el periplo de 7
cajas continúa, todavía en cartel en los cines de Buenos Aires. Tal vez,
alguna reposición local le devuelva la posibilidad de la pantalla grande.
Mucho se ha dicho y todavía se dirá sobre el film de
la dupla Juan Carlos Maneglia y Tana Schémbori, localizado en el Mercado 4 de
Asunción: micromundo de callecitas abigarradas, locales comerciales, tráfico
humano incesante, que es reconvertido en estudio de cine. Allí dentro
transcurre la acción, el drama, la tragedia; una historia entre las muchas que
a la par de su protagonista suceden. Entre un vértigo que no cesa, porque de lo
que se trata es de obtener un teléfono celular, de aparecer en televisión, de ganar
dinero, de encubrir engaños, y de sonreír entre tanto entuerto; todo esto y
más, cifrado en las siete cajas del título.
Las cajas son, por un lado, encargo de trabajo para
el carretillero adolescente de nombre Víctor (Celso Franco); por el otro,
contenido misterioso. Lo que hay allí dentro es un McGuffin calculado, un
resorte a través del cual la acción dispara, ramifica y concluye. Cuando Víctor
vea lo que anida en su ir y venir, la angulación de cámara recordará tanto a Tiempos violentos como a Bésame mortalmente, de Robert Aldrich.
En cuanto a Tarantino, la sensibilidad disparatada está por allí, entre alguno
de los gestos que aparecen, por ejemplo, en el rostro del policía fascinado con
las fotografías de su nuevo celular, o en el robo de los pibes de la calle a,
ni más ni menos, ladrones más grandes y más peligrosos que ellos.
Las siete cajas desanudan y anudan, pero también descorren
el velo para la atención verdadera: la fascinación por la televisión y sus
modelos publicitarios, la pertenencia a la sociedad de consumo, la corrupción
como modo de vida, y el dinero como suma de todas las partes.
De todos modos, en el film surgen rasgos de sinceridad
cuando las miradas se quieren, cuando el afecto nace, cuando la salud de un
hijo depende del padre. A partir de allí, quiénes hacen y deshacen serán
simultáneamente víctimas y victimarios, encerrados todos en un mismo tramado
social, cuyas inequidades culminarán por ser, gracias a la tecnología siempre
novedosa de un celular, retórica gastada. La pantallita de tevé, por eso, como
ventanita falsa hacia otro mundo que no deja de ser el mismo.
7
cajas
(Paraguay, 2012)
Dirección: Juan Carlos Maneglia, Tana Schémbori. Guión: Juan Carlos Maneglia, Tana Schémbori, Tito
Chamorro. Fotografía: Richard Careaga. Música: Fran Villalba. Montaje: Juan Sebastián Zelada, Juan Carlos
Maneglia. Reparto: Celso Franco, Víctor Sosa, Lali González, Nico
García, Paletita, Manuel Portillo, Nelly Dávalos. Duración: 105 minutos.
Sólo
disponible en DVD
8
(ocho) puntos
No hay comentarios:
Publicar un comentario