Tony Stark, el gran
personaje
Por Leandro Arteaga
Desde el primero de sus
capítulos fílmicos, Iron Man se
perfiló como oportunista, antihéroe, ególatra, vanidoso, millonario,
alcohólico, y finalmente héroe. Todo eso y más, secuela mediante, para la
tercera y mejor de todas. Porque más allá –o a propósito- del bagaje de títulos
con los que Disney/Marvel ha inundado e inundará las pantallas, el Iron Man de Robert Downey Jr. es la
mejor de sus creaciones porque, se sabe, nadie como Robert Downey.
Por un lado, entonces, el
actor; pero por otro y todavía mejor, el planteo mismo del film. Aquí desde el
enfrentamiento con quien ha sido némesis de cómic para el Hombre de Hierro. El
Mandarín (Ben Kingsley), en este sentido, es villano clásico pero también
reformulación de miedos xenófobos ya encarnados en el Oriente lejano o cercano
que significaran Ming el Despiadado o Fu Manchú. Ahora teñido del aura
terrorista que azota tanto cine y prédica mediática.
Pero, se decía, aquí lo
mejor. Porque nada es lo que parece y todo es lo que debía ser. Primero: a
desconfiar de quien dice ser quien es. Sin embargo y segundo: los lugares
comunes que son estructura para el personaje siguen en su sitio. En otras
palabras: todo se conmueve y tiembla hasta casi caer, pero sólo para resurgir
desde las cenizas de siempre. Muerte y resurrección de lo mismo porque, se
sabe, nada puede cambiar demasiado; pero, entre medio, algunas cosas ya no serán
tan ingenuas.
Será tarea obligada,
entonces, salvar al Presidente norteamericano, aún cuando él sea responsable de
lo que sucede. Minutos antes de ser crucificado ni más ni menos que en
petróleo. Por eso, Iron Man 3 es
mirada cáustica sobre su entorno, con un personaje casi herrumbrado y, a veces,
de armadura impecable. También con ataques de pánico. Más la diversión que de
este tipo de cine se espera.
Acá otro rasgo, que es respuesta
válida para la frivolidad y solemnidad que exponen los Batman de Christopher Nolan. Antes que aleccionar, amenazar, o
creerse un film de prestigio autoral –aspectos que increíblemente se le han
adosado a las últimas Batman-, Iron Man es tan sólo una película de
superhéroes. Con pasos de comedia, problemas de alcoba, ingenio imposible,
personajes ridículos, y –gracias a Robert Downey- heroicidad obligada.
Entonces, hay divertimento
seguro, efectos especiales notables, pero todo en función de un nudo que
sobresale. Que gana por ironía, por astucia, por incorrección. Tampoco, está
claro, creerse que se trata de una película contestataria o de algo parecido.
Sino que es sólo otro producto más. En forma de película y con marca de
franquicia. Pero con la habilidad suficiente como para ser lo que debe ser. Y
por las dudas y como rúbrica: Tony Stark, gran personaje.
Iron Man 3
(E.E.U.U./China,2013) Dirección: Shane Black. Guión: Drew Pearce, Shane Black. Fotografía: John Toll. Monatje: Peter S. Elliot, Jeffrey Ford. Música: Brian Tyler. Reparto:
Robert Downey Jr., Gwyneth Paltrow, Rebecca Hall, Guy Pearce, Ben Kingsley, Don
Cheadle, Jon Favreau. Duración: 130 minutos.
Salas: Monumental, Showcase, Sunstar, Village.
8 (ocho) puntos
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