Por un sector audiovisual organizado
La organización del sector audiovisual de la ciudad
tiene nombre y funciones. El producto cultural, la empresa, la cadena de valor.
Un sector pujante, con proyección y reconocimiento institucional.
Por Leandro Arteaga
El
sector audiovisual de la ciudad ha crecido de manera importante. Su
profesionalización ha ido de la mano de una producción sostenida, con incentivo
de parte de los estados provincial y nacional, así como municipal. Lo evidencia
la cantidad de trabajos realizados, la calidad de la tarea, la diversidad de
formatos y pantallas. Falta mucho para que el sector se consolide, pero un
primer paso fundamental ha sido dado hace poco más de un año atrás con la
formación de CEPIAR: Cámara de Empresas Productoras de la Industria Audiovisual
Rosario.
Para
la consolidación de la Cámara,
tuvo que ver de modo decisivo el desempeño del gobierno de la provincia, a
través de la convocatoria en 2014 del Consejo Económico de la Cadena de Valor de Empresas
de Base Cultural, un espacio público-privado conformado por el Ministerio de la Producción y el
Ministerio de Innovación y Cultura. “Hubo intentos
previos de agrupar realizadores, de generar una representatividad, pero el
detonante fue ése”, comenta Gastón Soso, Presidente de la entidad. “Nos dimos
cuenta de que no había una representación, mientras que los músicos, la
industria del libro y los actores, estaban bastante organizados. Si bien había
habido experiencias como ARDoc (Asociación Rosarina de Documentalistas) o Artea
(Asociación
de Realizadores y Técnicos Audiovisuales),
ninguna nucleaba a los productores”, completa su vicepresidente, Federico
Actis.
“La
idea era encaminar al sector y que se formalizara lo mejor posible, dentro de
un marco regulatorio impositivo, con ciertos beneficios. Esas reuniones
tuvieron lugar en Rosario y en Santa Fe, y despertaron una inquietud. La
iniciativa estatal nos invitaba a aglutinarnos y a establecer un diálogo con
ellos, que fuese más direccionado, algo que a su vez nos iba a beneficiar como
sector”, prosigue Soso.
-¿Cuáles fueron las primeras medidas?
Soso:
-El primer objetivo que nos propusimos fue el de conformar la personería
jurídica, así que luego de mucho trabajo y discusión, arribamos a la decisión
de denominarnos “cámara de empresas”, porque lo que entendíamos era que había
que armar una cadena de valor entre productores, y éstos son parte de una
industria. Ése es, justamente, uno de los objetivos: cómo hacer para consolidar
una industria audiovisual, algo que si bien es incipiente, es el camino a
pensar tanto a nivel nacional, como también local y provincial.
-La relación con el Estado, por lo que comentan, se
revela fundamental.
Soso:
-Es imprescindible. Porque cambia totalmente el abordaje de las problemáticas
del sector. Al denominarnos “cámara de empresas”, lo que se adopta es un
perfil. Como sector productivo que somos, trabajamos y funcionamos en pos de consolidarnos
dentro de un sector de la producción industrial. Un montón de gente trabaja de
eso todos los días de su vida, ese es el camino que nosotros elegimos, y en eso
es imprescindible el diálogo con el estado municipal, provincial y nacional.
Actis:
-Creo que todas estas experiencias funcionan de la mano de la colectividad y
del encuentro de opiniones y necesidades; cada realizador por su cuenta no va
para ningún lado. Para que la ciudad crezca como una plaza productora de piezas
audiovisuales es necesario que haya una herramienta que mueva los recursos de
manera colectiva y esos recursos son las gestiones con el estado, con empresas
privadas, con otras cámaras mismas. En la cámara se habla mucho sobre la
necesidad de generar una imagen más corporativa, a mí me sigue gustando esta
idea de lo asociativo. Entiendo que somos una cámara industrial o que representamos
ese espíritu. Si bien consolidar eso es difícil, me parece que lo más complejo
viene ahora. Al crearla hubo una energía enorme, pero ahora hay que sostenerla,
porque somos muchos, porque la participación colectiva nunca es fácil, y porque
tiene que haber discusión y consenso, pero todos estamos dispuestos a
sostenerla.
-Si bien es un tiempo de vida muy corto, ¿qué
virtudes han encontrado?
Soso:
-Los saldos a tan poco tiempo son muchos, hoy contamos con más de treinta productoras
asociadas, estamos diagramando acciones conjuntas con el estado provincial y
nacional, tuvimos reuniones con el Incaa, fuimos convocados por ellos para
discutir los fomentos de cine, estuvimos avanzando con el Ministerio de Cultura
en los foros de economías creativas que van a ser en junio. Logramos tener una
cierta representatividad. Lo más importante es el trabajo que venimos haciendo
con la provincia de Santa Fe: estamos persiguiendo la exención de ingresos
brutos para el sector, algo que si bien todavía no se ha implementado, ha ido
dejando muy buenos resultados durante el proceso de trabajo compartido.
Actis:
-De a poco vamos ganando cada vez más representación en el sector, porque se
distingue que en Rosario hay un interlocutor. Haber ganado eso en poco tiempo
nos pone muy contentos.
-¿Cuáles son las inquietudes de cara a la nueva
gestión de gobierno nacional, así como el balance de lo sucedido en el último
tiempo?
Soso:
-Al mirar en retrospectiva, te das cuenta de que había gente laburando en todos
lados, de que se produjeron miles de horas. El sector audiovisual creció mucho,
pero esa plata ahora no está más, basta con ver que en esta primera mitad de
año prácticamente no se hizo nada. Desde el Incaa proponen ahora que el
producto sea pensado a partir de la inserción en un círculo virtuoso, desde un
buen desarrollo de proyecto hasta la pantalla donde se ubicará. Como resumen y
corolario, lo que se puede decir es que cuando la pata del estado desaparece,
cuando su apoyo fuerte no está, ocurre una cosa paradojal y no benéfica para el
sector, que es que los que quedan son los fuertes; es decir, queda el tipo que
sabe sobrevivir en esos períodos porque es el que tiene ejercicio comercial, no
sólo por posibilidad de capital sino porque tiene la mirada atenta a este
círculo virtuoso, porque sabe cómo vender su producto, cómo hacer para que sea
sustentable. Si bien uno mira con recelo y cierta desconfianza a esa forma de
abordar la producción cultural, entendemos que algo de eso hay que tomar para
fortalecer el sector, para darle herramientas a aquel que se tuvo que apoyar
fuertemente en el estado -algo que para nosotros significa la correcta manera
de abordar una política pública, por la pluralidad de voces y mucho más-. Pero
lo cierto también es que hay una realidad: si cambia el gobierno y esa pata se
retira de la mesa, los que saben moverse en esa arena son los fuertes. Entonces,
hay que pensarnos como empresas, somos un sector productivo y tenemos que
pensar en un plan financiero, en cómo vender el producto, en cómo comprometer
pantallas, en cómo generar coproducciones, sin olvidar que se trata de un
producto cultural, de características distintivas. Cuando el estado se retrae,
¿qué hacemos? Es importante tenerlo claro.
Actis:
-Por otra parte, y de cara a la incertidumbre que genera la coyuntura, la
cámara funciona como un respaldo, como un lugar donde agruparse, llevar
inquietudes, o también resistir. Durante principios de año, esas dudas que
tenemos todos se trabajaron de manera colectiva y se discutieron.
-¿Qué tienen pensado en lo inmediato?
Soso:
-Estamos en un período “evangelizador”, queremos ser muchos más, queremos anunciar
al sector muchos beneficios, trabajar en cursos y talleres de formación, en el
desarrollo de proyectos. Estamos con muchas pilas, a pesar de que es un momento
complicado. Lo que es importante destacar es que para quien decida comenzar a
pensarse como empresa, no hace falta ser una S.R.L. o S.A., para el estado
santafesino el monotributista es una empresa de una sola persona, ese es el
requisito mínimo para ser parte de la cámara. Hay gente que no está
formalizada, que hace muchos años que trabaja. Al decidir formar parte de la
cámara podrá acceder a beneficios, tales como una cuenta en el banco bonificada
durante un año, acceso preacordado a un crédito, acuerdos para descuentos en
los seguros en los equipos; son cosas pequeñas, pero ayudan, en vistas a
obtener beneficios que esperamos sean mayores.
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