La ciudad de los límites abiertos
Una mirada poética, de líneas con derivas imprevistas, hace de Punch una experiencia lúcida. El dibujante y arquitecto Pablo Boffelli dibuja un mundo casi soñado, casi real. Hay recuerdos, tal vez sueños.
Por Leandro Arteaga
Pablo
Boffelli, arquitecto, dice que le “encantaría meterle un dinosaurio al dibujo
de un cliente, pero no creo que convenga”. Pero Boffelli es también conocido
como Feli, alias que sí le permite meter dinosaurios, gatos y cocodrilos, en
ciudades atestadas de personas que casi no se ven o sienten, abismadas como
están en su hacer cotidiano.
Algo
de todo esto congenia en Punch, el
libro que revisa y modela el mundo según los ojos y lápices de este artista
santafesino de poco más de treinta años. Punch
se presentó esta semana en Buenos Aires, junto a PapaPop, de Ariel López V. Los dos bajo el sello Galería Editorial
(Bs. As.), cuyo criterio de selección, postulan desde la web los editores, “se ubica en una zona
polémica, limítrofe entre la historieta, el humor gráfico y la ilustración,
alejándose de cualquier género específico y sellado”. Bienvenida la novedad de Punch, y el descubrimiento de este
dibujante extraordinario, que invita a ingresar en páginas de las que
difícilmente el lector sepa cómo salir.
¿Cómo se origina Punch? Eso es algo que ni siquiera tuvo previsto el autor. “Creo que se
concreta desde el día a partir del cual nunca paré de dibujar; en el
secundario, en lugar de estudiar, dibujaba, y nunca lo dejé de hacer”, dice
Feli a Rosario/12. “Yo no vengo de
la historieta ni de las artes plásticas, estudié arquitectura (UNR) y técnica
electrónica, nada que ver. Gracias a Internet pude empezar a mostrar mis
dibujos y linkear con gente que se dedicaba a esto. Así comenzaron a aparecer
oportunidades para publicar en alguna revista, hacer alguna muestra o un
trabajo de ilustración. Pero siempre continué dibujando para mí, muy pocas
veces para otras cosas. Tuve la conducta de dibujar y de mostrar lo que hacía.”
Feli
se sitúa en una línea imprecisa, que no permite categorizar fácilmente. Rasgo
que le habilitara, amén de su talento, a participar de ese libro insigne que
para la historieta que vendrá es Informe:
Historieta argentina del siglo XXI, que José Sainz compilara para Editorial
Municipal de Rosario. Las nuevas tecnologías cumplen allí un rol bisagra, al
permitir manifestaciones plásticas y técnicas diferentes, que abren un
interrogante en donde caben muchas expresiones, todas personales y acordes
con las nuevas generaciones. “En el 2014, los chicos de Galería Editorial, que
son de Bahía Blanca pero viven en Buenos Aires, vieron que mis dibujos
coincidían con la línea de libros que venían publicando. Me invitaron y
estuvimos charlando durante un año. Ellos no querían que hiciera dibujos
especiales para el libro, sino que seleccionara un compendio a través de una
idea, y que el libro fuera el resultado final. Como tengo muchos dibujos, fue
medio difícil agarrar y elegir. Supuestamente me deberían gustar todos, pero
como había que elegir alrededor de ochenta y tenía cerca de mil, era difícil.
Ahí fue dónde apareció José Sainz. Él me ayudó a armar, empezó a distinguir dibujos
que me identificaban más. Hicimos una carpeta que se llamaba ‘Paisaje complejo’,
se la mostramos a los de Galería y en un mes se resolvió todo.”
Punch no contiene historietas. Si hay algo parecido, lo es desde la organización icónica similar, pero nunca narrativa. Las asociaciones se manifiestan de modos imprevistos, en procura de un pacto de lectura renovado. Es más, Punch no exige un seguimiento secuencial, basta con paginarlo para acercarse a sensaciones superpuestas, todas válidas, que confluyen sueños con cemento de edificios blancos e interiores que guardan otros. Al respecto, Feli dice que así como no viene del mundo de la historieta tampoco la consume, “yo vengo de la literatura, del cine, de la música. Un disco uno puede escucharlo desde el inicio hasta el final, pero también podés escuchar los temas que más te gustan. El disco encierra también una idea, un sonido, pero no una historia. Si bien hay discos conceptuales que empiezan y terminan, lo que enmarca al disco es una cuestión de audio, ligada al momento sonoro de la banda. Este libro expresa una etapa mía, de un montón de años. Algunos de los dibujos los hice hace más de cinco años.”
Punch no contiene historietas. Si hay algo parecido, lo es desde la organización icónica similar, pero nunca narrativa. Las asociaciones se manifiestan de modos imprevistos, en procura de un pacto de lectura renovado. Es más, Punch no exige un seguimiento secuencial, basta con paginarlo para acercarse a sensaciones superpuestas, todas válidas, que confluyen sueños con cemento de edificios blancos e interiores que guardan otros. Al respecto, Feli dice que así como no viene del mundo de la historieta tampoco la consume, “yo vengo de la literatura, del cine, de la música. Un disco uno puede escucharlo desde el inicio hasta el final, pero también podés escuchar los temas que más te gustan. El disco encierra también una idea, un sonido, pero no una historia. Si bien hay discos conceptuales que empiezan y terminan, lo que enmarca al disco es una cuestión de audio, ligada al momento sonoro de la banda. Este libro expresa una etapa mía, de un montón de años. Algunos de los dibujos los hice hace más de cinco años.”
-Por momentos pareciera que sos uno de los que
deambula entre las páginas, ventanas, y situaciones del libro.
-Algo
con lo que llegamos a ponernos de acuerdo con los chicos de la editorial y con José,
fue que el protagonista del libro no fuera un personaje sino el espacio. El
lugar es el protagonista. Es como al mirar una esquina: el protagonista no es
la vieja que cruza la calle sino la esquina misma, con el tipo que saca la
basura, el que le está choreando al que está al lado suyo, el que está tocando
bocina, el que pasea el perro. Quizás la ciudad sea la protagonista de Punch.
La
formación profesional de Feli se nota y hace que su libro se parezca a algo sin
embargo inasible, que germina diferente. De todos modos, hay una claridad
conceptual que seduce de manera irresistible. “En arquitectura uno tiene que
dibujar lo esencial para que se entienda la idea; tal vez, algunos de los
dibujos tienen ese equilibrio: no tener algo de más para no entorpecer, ni
tampoco algo de menos porque no se entendería lo que quiero decir. No hay una
búsqueda de una virtuosidad en las expresiones o en el trazo, para mí son más
importantes las ideas, la línea está subordinada a la idea.”
¿Qué
significa la edición de Punch para el
autor? “Es como poder cumplir, tener un trofeo casi. Es como un pez grande que
hace mucho estás intentando pescar. Como si luego de varias mojarritas, de pronto
te toca un dorado o un moncholazo que te podés llevar a tu casa a comer.”
Gran
parte del trabajo de Pablo Boffelli puede consultarse en el sitio http://felipunch.com.ar/, así como en su
página de Facebook. Punch se consigue
en Oliva Libros (Entre Ríos 579), Mal de archivo (Moreno 477), y en Club Editorial
Río Paraná (Catamarca 1427).
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