Crímenes a
merced del lápiz
Las
ilustraciones de Pablo Smerling ya son un referente dentro de la gráfica
criminal. Una muestra le tiene por protagonista en el festival La Chicago Argentina.
Rostros para el delito como una de las bellas artes.
Por
Leandro Arteaga
Las paredes del Espacio Cultural Universitario (San
Martín 750) permanecerán al acecho de sombras siniestras, tiroteos y truhanes.
Es que inicia La Chicago Argentina. Rosario, crimen y cultura, festival de
literatura policial, y las ilustraciones de Pablo Smerling, artista plástico de
la ciudad, acompañan con sus Retratos
criminales estos tres días de libros, periodismo e investigaciones.
Alumno temprano del dibujante Esteban Tolj, a quien
señala como su referente, la tarea de Smerling ha tenido lugar en publicaciones
de la ciudad como NotiExpress, para
luego saltar al reconocimiento ejemplar supuesto por su tarea en Caras y Caretas, ilustrando las crónicas
policiales de Ricardo Ragendorfer [quien protagonizará mañana un panel].
Algunas de estas imágenes estarán presentes en la
muestra, que reúne alrededor de cuarenta trabajos, en donde destacan
“ilustraciones de crónicas, de casos reales, también hay ilustraciones de casos
más recientes, algunos más conocidos que otros, así como algunos dibujos que
serían un poco más de opinión, sin relación cercana con algún caso particular”,
comenta Smerling a Rosario/12.
De su experiencia en Caras y Caretas, junto a Ragendorfer, surgió también Historias a pura sangre, libro que reúne
varias de las notas del periodista junto a los dibujos de Smerling.
“Ragendorfer es un periodista extraordinario, a quien empecé a leer e ilustrar
sin conocer personalmente. El año pasado volví a participar en la sección
policial de la revista, es un lugar con el que me siento identificado, ya que
trabajé allí durante bastante tiempo.”
-¿Te
encontraste con el género policial o ya compartías cierta afinidad?
-Fueron las dos cosas. No
estaba tan inmerso en el mundo del policial, pero me fue interesando a medida
que surgió la oportunidad laboral, que salió de carambola. Ahora siento una
especie de identificación con ese mundo, si bien hay cosas que me gustan mucho
y otras que me molestan, como ciertos estereotipos. Creo que es un género que
da cuenta de cierta verdad bastante importante, intensa.
-¿Tuviste
oportunidad de ilustrar otras temáticas?
-Lo pude hacer en NotiExpress, en donde no estaba la urgencia del día a día, era un
semanario, y permitía algo muy interesante, que era cierta proximidad con las
cosas, con temas muy variados. Uno tenía que aprender a dibujar lo que salía,
desde policiales a economía o política, fue un lindo aprendizaje, durante tres
años.
-¿Cuáles son
las técnicas que utilizás? A veces parece difícil dilucidarlas.
-Hay un poco de todo, es una mezcla entre acrílicos,
tinta y mucho de computadora. Pero también me gustan las cosas que tienen el
menor trabajo posible, las más sencillas. Por un tema de vagancia personal, soy
de dibujar en láminas que no sobrepasan los 35 x 50 cm, no quiero que superen
el tamaño de la carpeta con la que las llevo, me gustan los tamaños pequeños.
El comentario de Smerling no debe malentender o ir
en menoscabo del universo personal que su trabajo provoca. En todo caso, el
tamaño “cómodo” de sus láminas no hace más que responder al concepto que
persigue, pragmático, de oficio, pero con la mirada artística suficiente como
para entrever un mundo personal. Basta con adentrarse en su obra para
participar de historias contenidas en imágenes solas, con la virtud narrativa
intrínseca de contar mucho más que lo que a simple vista se observa.
“Hace un par de años –continúa–, tuve una devolución
de Javier Sinay [quien también participará del festival], quien escribió Sangre joven, y ganó en la Semana Negra de Gijón. Me
escribió porque le gustaba lo que hacía. Fue la devolución más grata que tuve,
por ser de una persona del ámbito, a quien considero extraordinario.”
-Dentro del
ámbito plástico, en quienes pensás de manera influyente.
-Hay uno que me fascina, que me parece un monstruo:
Oscar Grillo. Es un animador extraordinario. Es abrumador, por cantidad,
calidad, los diversos mundos. En cierta época he tenido que dejar de mirarlo
porque es demasiado.
-¿De dónde
viene la fijación por los osos?
-El oso es una cosa muy personal, quizá medio
pavota, pero una de las primeras revistas que recuerdo es Misha, era soviética. Misha era ese oso, y recuerdo que las
ilustraciones me maravillaban, me provocaron una fascinación por el mundo
soviético. Es algo que tiene que ver con una fascinación primordial.
-¿Cómo sigue
tu trayectoria?
-Es zigzagueante. Ahora trabajo bastante en
publicidad, en animación, en storyboards,
pero lo que más me interesa es hacer ilustraciones en medios gráficos. Colaboro
un poco en Caras y Caretas, y también
en Anfibia (http://revistaanfibia.com/), la revista
digital que dirige Cristian Alarcón.
Retratos
criminales
se complementa con las muestras Sangre,
del fotógrafo Diego Levy, y El Pollo
Palacios, la historieta de Maus y Víctor Gaite. Todas en exposición durante
los tres días del festival.
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