Historietista
de páginas que vuelan
Dueño de un pulso narrador
preciso, Francisco Paronzini dibuja historietas para Estados Unidos, Canadá y
Grecia. A punto de estrenar un nuevo libro. La falta de contacto con el público
de la ciudad.
Por
Leandro Arteaga
La historieta en Rosario circula de modo errático,
se sabe. Sin embargo, de un tiempo a esta parte se ha consolidado una manera posible,
que encuentra lugar en el mercado extranjero y permite el logro profesional de
los dibujantes. Nada es perfecto, el precio a pagar es el desconocimiento que
sobre ellos la ciudad tiene.
No se trata de una mirada melancólica, que disipe
penas en tiempos pasados, sino de subrayar el empecinamiento de los artistas.
Entre ellos, destaca Francisco Paronzini, con estudios en Bellas Artes (UNR) y
una obra que conoce publicación en muchas de las más importantes editoriales
estadounidenses. El recorrido de Paronzini suma muchos años y páginas, y el
dibujante tiene bien en claro que “el contacto nuestro con el lector (de
Rosario) es prácticamente nulo”.
Eduardo Risso es quien siempre aparece como nombre
señero. Con él han tenido contacto profesional muchos de los dibujantes de la
ciudad. Porque “Risso es quien formó a la mayoría de los que estamos publicando
afuera”, explica Paronzini. “En mis comienzos iba a un taller donde Marcelo (Frusin)
era el profesor y Leandro (Fernández) compañero. Hacíamos historietas como un
placer y nada más, no teníamos aspiraciones profesionales, nos juntábamos en el
taller por hobby. Hasta que aparece Eduardo, que venía publicando en Europa con
mucha producción de páginas, y necesitaba un ayudante. Así fue cómo entró
Leandro, luego Marcelo, después aparecí yo. Ahora está Germán Peralta, quien en
cualquier momento también ‘vuela’. Risso fue el formador, quien nos fue bajando
línea, indicando por dónde era el camino.”
Al lector desprevenido, bien viene comentar que
Frusin está en estos momentos trabajando para Dargaud (Francia) y Fernández para
Vertigo/DC (EE.UU.), en dos proyectos que son corolarios de trayectorias
internacionales. Que dan cuenta de la impronta que Risso significa en tanto
historietista y conocedor del medio. Si se rastrea algún rasgo estético
coincidente entre todos ellos –aún cuando sean dibujantes a veces disímiles– es
la sabiduría narrativa.
“La narrativa es el fuerte de la historieta de
Risso, así como de la historieta argentina en general; es decir, ser narradores
consistentes y tener un buen manejo del blanco y negro, algo que Eduardo maneja
a la perfección”, distingue el dibujante. “Por lo general, Risso no nos
corregía cuando le llevábamos nuestras propias páginas. Él no hacía hincapié en
‘esta mano o este ojo están mal’, sino que nos señalaba ‘enfocá distinto acá’, ‘poné
una sombra de este lado’, ‘más clima’, el énfasis iba por ese lado, por la
narrativa antes que por el dibujo. En ese sentido, nos decía ‘agarren un libro
de anatomía y corrijan los errores ustedes’. Después nos hizo aprender a
trabajar de manera profesional, más allá del trabajo en la hoja, a ver más o
menos la manera de cómo vender el trabajo propio; porque uno puede ser un gran
dibujante, pero si se queda encerrado en su casa es muy difícil lograr algo, más
aún cuando en Argentina la mayoría de lo que se ve son autoediciones o
ediciones de material que fue vendido afuera años atrás.”
-¿Cuáles
fueron tus primeros contactos editoriales importantes?
-Mi primer trabajo para la editorial Dark Horse fue Dead to Rights, la adaptación en novela
gráfica de un video juego; después vino Cinnamon,
la miniserie para DC, una especie de renacimiento de un personaje antiguo para
el público actual. La historia original era la de una vaquera a la que le matan
el padre en un asalto al banco. Lo que me tocó dibujar fue a esta vaquera ya
grande, cuando uno de los hijos de los asesinos -de los que ella se había
vengado- la quiere matar, pero en la actualidad, ambientado en los suburbios de
Los Angeles. La historia era medio loca.
Los trabajos posteriores de Paronzini van desde un
episodio de Star Wars hasta la tarea
de entintador en páginas de Leo Fernández, para los sellos Wildstorm y Marvel. También
ha participado de Legion:
Prophets (IDW), precuela en cómic de la película Legión de Angeles (2010). Sus lápices
han visitado el mundo editorial de Canadá: a través de los títulos Legion Unleashed, junto al
escritor Richard Evans, y Gryfalcon,
con Dino Caruso; así como el mundo editor griego: con los libros Kingdom of Light y Theoktonia, de la compañía Deimos Comics.
-¿Cómo era el
proyecto de historietas digitales [Operation
Ajax, Cognito Comics] donde participaste?
-Era un cómic para bajar por iPad, en donde las
tapas –que es lo que yo hice– estaban animadas con el programa After Effects.
Eran varios dibujos que se animaban, de manera que había que dibujar las capas
por separado, a eso le agregaban sonido y voces en off, y resultó en una manera
de leer historieta bastante particular, era multimedial, casi un intermedio
entre película y cómic. Se compraba en tiendas de Apple. Hice dos tapas, el
equivalente a veinte páginas convencionales.
-¿Es posible
mantener la continuidad laboral?
-Por lo general, si el proyecto es muy grande me
aboco completamente, y cuando faltan diez, quince páginas –más o menos un mes
para terminarlo- empiezo a tirar línea para ver qué más puede surgir y no tener
un bache muy grande entre un trabajo y otro. A veces es inevitable, pero más de
una vez las propuestas se superponen.
-¿Qué es lo
que estás haciendo ahora?
-Estoy con una novela gráfica, Hugo Broyler, para Magnetic Press, una editorial norteamericana
nueva, que saca su primer libro. El dueño de la editorial es Mike Kennedy, el
escritor con el que empecé a trabajar cuando dejé de hacerlo con Risso. Se
mantuvo una relación de amistad, que conservamos durante las veces que pude
viajar, cuando estuvimos en las convenciones de San Diego y Nueva York. Tiene
una gran carrera de escritor, trabajó también en videojuegos, y junto a otro
editor fundaron Magnetic Press. El libro está anunciado para noviembre, tiene
más de 70 páginas y formato tapa dura.
En la historieta, Hugo Broyler está decidido a
recuperar su vieja gloria en los circuitos de carreras, en un futuro cercano
donde el riesgo de vida se tiñe con promesas de fama y fortuna. La puesta en
página de Hugo Broyler puede
disfrutarse en www.sequentialink.com/comic/hugo-broyler,
así como muchas de las ilustraciones del autor en http://franciscoparonzini.blogspot.com.ar/.
No hay comentarios:
Publicar un comentario