domingo, 4 de septiembre de 2011

The Killer Inside Me (2010, Michael Winterbottom)


Tan oscura como demente

El diablo bajo la piel
(The Killer Inside Me)
EE.UU./Suecia/Inglaterra/Canadá, 2010. Dirección: Michael Winterbottom. Guión: John Curran, a partir de la novela de Jim Thompson. Fotografía: Marcel Zyskind. Música: Joel Cadbury, Melissa Parmenter. Montaje: Mags Arnold. Intérpretes: Casey Affleck, Kate Hudson, Jessica Alba, Ned Beatty, Elias Koteas, Tom Bower, Bill Pullman. Duración: 109 minutos. Sólo disponible en DVD

Por Leandro Artea
ga

Michael Winterbottom sigue filmando y parece no parar. Tan ecléctico como para ser capaz de recrear la música y ambiente de Manchester –24 Hour Party People así como de lograr una de las denuncias más contundentes sobre la guerra –The Road to Guantanamo. Otro film terminado –The Trip, su versión televisiva, y tres títulos más en etapa de postproducción.
Antes de todo eso, apenas un año atrás y simultáneamente, filma la extraordinaria novela maldita de Jim ThompsonThe Killer Inside Me-, cuyas dosis de violencia la han vuelto uno de los ítems de mayor revuelo dentro de la obra del escritor. Allí apuntó el cineasta inglés, al meollo de la tormenta hardboiled y psicópata que significa la literatura thompsoniana.
Advertir entonces, si es que se desconoce de qué va el asunto, que Lou Ford es un desalmado hijo de perra, de rostro fiable, agente de policía. Gusta de golpear salvajemente a las mujeres porque así se lo ha enseñado la vida desde pequeño. Ambiente violento, familia desquiciada, perversiones sexuales. Él como expresión consecuente.
Si el libro vuelve explícito lo dicho previamente, pensar a su vez que el film de Winterbottom respeta la letra original, tanto espiritual como gráficamente. Ni qué decir que la depositaria de la golpiza mayor será la bella, la delicada, Jessica Alba, prostituta desolada y enamorada del atractivo susurro de voz de Ford. Paréntesis obligado.
(La interpretación de Casey Affleck es notable. Algo que no sorprende. Y que encuentra continuidad con otros roles, de la mano de realizadores como Gus Van Sant –Gerry, Andrew Dominick El Asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford, o su hermano Ben Affleck Desapareció una noche.)
Qué porquería suelen ser los pueblitos norteamericanos en la mejor literatura negra. Argumento central del mejor Thompson. Allí elige bañarse el bueno de Winterbottom, en el seno de la mugre mayor. Y lo hace desde la evocación del mejor cine noir, al sucumbir al encanto de abismo de un hombre al filo de sí mismo, desequilibrado pero sin parecerlo, con algunas de las escenas más terribles que ofreciera el cine último.
No equivale esto a regodeo en la violencia. Sino que el desagrado es lo que prima. La de El diablo bajo la piel es una violencia que suscita rechazo. La cuestión es aceptarla. Porque existe. Superado el problema o a propósito de ello –si es que puede decirse algo semejante- es que el film se disfruta plenamente.
Es incorrecto, es demente. Es noir. Tan negro como la misma sensibilidad que Bertrand Tavernier supiera tener con Thompson en Más allá de la justicia (1981), gran versión de la incomparable 1280 almas.

No hay comentarios: