A cielo abierto, libre y gratuito
"Quisimos brindar un Belgrano que todos puedan identificar, más humano", dijo Tristán Bauer, responsable de la producción.
Por Leandro Arteaga“No es casual que hayamos elegido el Monumento a la Bandera, a cielo abierto, libre y gratuito, para una proyección masiva de Belgrano; así, en Rosario se va a iniciar una nueva manera de ver y de compartir cine con nuestro público, ya que en Tucumán, en Luján, en Mar del Plata, en Córdoba, vamos a seguir mostrando de igual manera esta obra", señaló ayer el presidente de Radio y Televisión Argentina, Tristán Bauer, durante la conferencia de prensa con motivo del estreno nacional de Belgrano, cuya proyección tendrá lugar hoy en el Monumento a las 20.
El secretario de Cultura, Horacio Ríos, agradeció la posibilidad de preestrenar la película en la ciudad, cuyo "personaje no hace falta decir lo mucho que significa para Rosario", en el marco de este lanzamiento que es auspiciado por la Municipalidad. La conferencia contó, además, con la presencia del realizador Sebastián Pivotto, y de los intérpretes Pablo Rago (Manuel Belgrano), Paula Reca, Guillermo Pfening, y Mariano Torre. Representantes de Canal Encuentro y del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales acompañaron la presentación.
"Desde canal Encuentro, nos propusimos en este año del Bicentenario acercarnos a nuestras figuras centrales más importantes. Con Juan Campanella queríamos trabajar en la figura de ese hombre extraordinario que fue y que es porque son esos hombres que quedan para siempre. Buscamos distintas alternativas, y finalmente decidimos construir esta película. Es muy importante que se haga desde la Televisión Pública, desde el Instituto de Cine, desde Encuentro, desde Unidad Bicentenario, porque son todos equipos de trabajo que apuestan a reflexionar sobre nuestra historia, sobre nuestra memoria, y sobre estos seres humanos. Para mí es fundamental la construcción de un futuro más hermoso, y para ello hay que trabajar sobre la equidad, sobre la igualdad, sobre la construcción de medios públicos que estén al servicio de nuestro pueblo. Sabemos que esta construcción la tenemos que hacer también mirando hacia atrás, a través de la reflexión sobre nuestro pasado", destacó Bauer.
El realizador Sebastián Pivotto, quien recibió de Campanella la tarea de dirigir Belgrano, se refirió al "amor que movió a todo el equipo para lograr un proyecto que para muchos era un sueño". "A partir de la investigación sobre la vida de Belgrano y la historia del país, uno se da cuenta de qué faltos de memoria somos los argentinos, de cómo nos acordamos sólo de algunos detalles que consideramos importantes, pero nos olvidamos de otros que son, quizá, mucho más. A partir de ese objetivo, de recordar a Belgrano desde muchos puntos de vista, tratamos de brindar al público un Belgrano que todos puedan identificar, más humano", agregó.
Consultado por Rosario/12 acerca de las historias y problemas de Belgrano con las faldas femeninas, el actor Pablo Rago respondió que es algo que se encuentra "contemplado en la película". "Nos basamos, por lo que se sabe, en las más importantes mujeres en su vida, una de ellas es María Josefa Ezcurra (Valeria Bertucelli), una mujer casada que queda embarazada de Belgrano, cuyo hijo adopta y cuida Juan Manuel de Rosas; el otro personaje es el que hace Paula (Reca), una jovencísima novia suya. No se casó con ninguna, ya que para él la Revolución tenía mucha más importancia que tener un hijo; de hecho, en la película esto está retratado en el momento en que el Belgrano viejo le hace un planteo de este tipo al Belgrano joven". El actor también se refirió al esfuerzo que supuso el rodaje: "fueron tres semanas de un trabajo muy intenso. La primera semana, en Tafí del Valle, fueron jornadas larguísimas, con disparos, con muchísimos extras, pero fue muy placentero, ya que nos quedamos con las ganas de más. Esta forma de exhibición, libre y gratuita, nos va a permitir prolongar este placer".
Respecto de la tarea de Rago, Bauer destacó: "Un trabajo actoral hermoso, sobre todo cuando el Belgrano postrado es interpelado por un Belgrano juvenil, cuando se pregunta si tuvo sentido todo esto, ¡vaya si lo tuvo!".
El Monumento a la Bandera estará provisto de una segunda pantalla para permitir una mayor asistencia de público. En caso de lluvia, la proyección de Belgrano pasará al domingo, en el mismo horario.
En Rosario/12 (27/11/2010)
3 comentarios:
Parte 1:
Estuve el domingo pasado sentadito en los pétreos escalones del Monumento Nacional a la Bandera de nuestra ribereña ciudad de Rosario, junto a otras 20.000 personas, bajo un fresco cielo crepuscular, para ver la promocionada producción del Canal Encuentro. Allí mismo bajo la inmensa pantalla, se presentaron los responsables de “Belgrano”, más algunos funcionarios municipales y provinciales. Se entonó el Himno Nacional, mientras sobre las cabezas y por las manos de los 20.000 cantantes se paseaba una gigantesca Bandera Argentina, hasta llegar al escenario principal, como hacen en las canchas de fútbol. La emoción se manifestó en la mayoría de los presentes. Al fin se proyectó la película ansiada.
Debo decir que me reconozco como un admirador de las producciones del Canal Encuentro y Canal Siete, sus sanas y muy valiosas intenciones. Pero ésta versión de Belgrano no me convence. Es cierto que estoy de acuerdo que se haya hecho ésta versión y espero que se hagan mil versiones más de éste prócer. Pero lo peor que tiene la presente película, es que contribuye al gran “merengue ideológico” que ya existía desde siempre en la interpretación de la historia de los argentinos. Es notable que quisieron hacer algo opuesto a las versiones acartonadas, broncíneas y billineskas de anteriores películas donde aparecía Belgrano o algún otro prócer. Pero creo que se fueron a otro extremo, al extremo de la banalización a que nos tiene acostumbrado la televisión de hoy en general. Con un habla pretendidamente actual, tal vez para “acercar” a los jóvenes, en vez de invitarlos a que hagan un “esfuerzo” intelectual. Es decir, nivelan, pero para abajo. Me quedé con sensaciones extrañas, por un lado a la gente le brillaban los ojos con las lágrimas que produjo el espectáculo en su totalidad (además de la película en sí, el hecho de estar en el mismísimo lugar donde el prócer izó la creación con que se lo identifica), por otro lado ver una película con una puesta en escena que le debe más a los recursos del teatro que al lenguaje del cine. Donde en vez de mostrar, se cuentan cosas en forma coloquial, con el riesgo de que si no se está atento al diálogo o monólogo interior del personaje, y haber leído algo de historia argentina, no se entienda a qué se refieren.
Parte 2:
Hay una dudosa escena donde Belgrano-Rago, se encuentra con San Martín-Echarri, como si fueran dos amigos en los vestuarios de un club, intercambiando recomendaciones, desde el sentido de la Revolución, hasta qué medicina calma los dolores, o las edades de sus respectivas mujeres. Raro, muy raro. En todo caso, escena forzada y poco verosímil (¿Acaso un simpático guiño para las admiradores de éstos galanes telenovelescos?). Sostengo que en vez de alumbrar los caminos que interpreten de una forma más positiva y superadora, las antiguas y decadentes formas de leer nuestra historia, terminan echando más sombras. Teniendo en cuenta que a partir de ahora, esas imágenes multimedias, que pesan tanto en el espectador de hoy, pasen a ser la nueva iconografía de nuestros próceres. Igual es recomendable que siempre se lean todos los libros de historia, antes de quedarse con una versión con las inevitables “licencias artísticas” que nos pueda ofrecer todo film. Y volviendo al que nos ocupa, también quedé con la sensación de que fue hecho a los apurones en solo “tres semanas de rodaje”, solo para que pueda ser estrenado antes de que termine éste año del Bicentenario (no tengo idea de cuánto habrá llevado hacer el guión o el asesoramiento histórico, pero me arriesgo a decir que no superaron uno o dos meses). Sin embargo es elogiable el trabajo actoral (especialmente de Pablo Rago y Pablo Echarri, más allá del guión), vestuario y ambientación en general. Extrañé que no se vean caballos, ya que si por algo se ganaban las batallas de nuestra independencia, fue por la habilidad de los jinetes, pero estoy dispuesto a dejar pasar el detalle, imaginando que el presupuesto no daba para escenas con especialistas, o no estaba dentro de la puesta en escena, por una decisión estética. En fin, queda pendiente seguir haciendo éste tipo de producciones que hablen de nuestra historia, para labrar un mejor futuro entre los argentinos. Pero atendiendo un poco más al “sentido común”, a una mejor interpretación de la historia y sus protagonistas, y que no sigan deteniéndose en detalles propios de la TV de chimentos, más que a las fundamentales ideas con que nuestros próceres apostaron nada menos que sus propias vidas.
Fui a verla anoche al cine el Cairo, esperé 45 minutos para verla y realmente me decepcionó totalmente. La mayoría por las cosas que dice Esteban arriba. Me sonó a Pigna y a todo ese discurso maníuqeo que se nos intenta imponer desde arriba; Estamos seguros que Belgrano amaba a los negros y a los esclavos? Que citaba a Tupac Amaru y era un luchador contra el poder?...Mmmm...
Publicar un comentario