Curt y Robert Siodmak:
hermanos, emigrados, y cultores del mejor cine de Hollywood.
El estreno de The Wolfman, de Joe Johnston, con su declarado homenaje a Curt Siodmak, es excusa bellísima para un recorrido sobre las coincidencias y desavenencias entre el guionista y su hermano, el realizador Robert Siodmak. Si bien por caminos separados, supieron coincidir en algunos proyectos. Uno de ellos, El hijo de Drácula, es otra de las excusas (también bellísimas) para este artículo.
Bela Lugosi ya había tenido su oportunidad -y su maldición-: sólo interpretaría al conde de los vampiros una única vez, en Drácula (íd., 1931, Tod Browning). Por uno u otro motivo no volvería a vestir la capa negra: La hija de Drácula (Daughter of Dracula, 1936, Lambert Hyllier), que retomaba la acción desde el final de su antecesora, tuvo que prescindir del vampiro -luego de contratar al actor- ante la creciente censura hacia las películas de terror; según se cuenta, el que otorgaran el papel a Lon Chaney Jr. en El hijo de Drácula (Son of Dracula, 1943, Robert Siodmak) enemistó a ambos actores; mientras que las dos últimas incursiones importantes del personaje recaerían en las dotes de John Carradine (House of Frankenstein -1944- y House of Dracula -1945-, ambas de Erle C. Kenton). El manto del vampiro sólo es retomado por Lugosi en Abbot and Costello Meet Frankenstein (1948, Charles T. Barton).
Es este panorama, el de las producciones terroríficas de los estudios Universal, el que transitó el vampiro en territorio estadounidense. Existe una tendencia a pensar que el personaje gozó de muchas buenas oportunidades y, aunque esto sea relativo, sí es cierto que el aura de presupuestos bajos y en blanco y negro de la época dotó a estos films de un encanto particular. Situada como la tercera de una lista de seis, El hijo de Drácula ocupa un lugar importante dentro de la mitología del personaje.
Pero antes de adentrarnos en su atmósfera de brumas, primero, los protagonistas.
Nacidos en Dresden, Alemania, los hermanos Robert (1900) y Kurt Siodmak (1902) deambulan por la Berlín de los años '20 con el estómago vacío. Una mesa del "Romanisches Café", lugar transitado por la bohemia artística de la época, los convoca junto a otros jóvenes principiantes como "Billie" Wilder, Fred Zinnemann, Eugen Schüfftan y Edgar Ulmer. El resultado será la película experimental Los hombres del domingo (Menschen Am Sonntag, 1929), con guión de Wilder sobre una historia de Kurt Siodmak, y con dirección de Robert Siodmak. Luego de su estreno, sus responsables serán requeridos por la gran industria, y los Siodmak trabajarán en los prestigiosos estudios U.F.A. La labor de ambos coincidirá sólo ocasionalmente y tendrá su tinte consagratorio en la oportunidad de filmar la exitosa novela de Kurt titulada F. P. 1 Antwortet Nicht (1931), sobre una gigantesca isla flotante situada en el Atlántico para servir de escala a la unión aérea entre ambos continentes. Ante los conflictos suscitados por el control de sus películas, Robert termina abandonando el proyecto y renuncia en 1932, mientras que del film termina encargándose el austríaco Karl Hartl.
Durante su estancia en la Deutsche Universal-Film A.G. (filial de la Universal Pictures, fundada por el alemán Carl Leammle en E.U.), Robert encuentra allí refugio y trabajo para los "indeseables" del Tercer Reich y filma Secreto que quema (Brennendes Geheimnis, 1932), sobre el cuento de Stefan Zweig. El film tiene multitud de problemas para su estreno: los títulos no debían dar crédito de las personas judías incluidas en el rodaje, Joseph Goebbels manda quemar públicamente las obras de Zweig, y el 28 de marzo de 1932 el mencionado mandatario alerta acerca de "las cuestiones actuales del cine alemán". Mientras los escritos de Kurt son confiscados por la Gestapo, los hermanos emigran a la cinematografía y la literatura extranjeras.
"¿Quién sabía qué atrocidades sobrevendrían? Nadie lo sabía. Pero mi esposa lo presintió". Desde su exilio, Kurt Siodmak no volverá a escribir una sola nueva palabra en alemán. En Inglaterra trabajó en la British International Pictures, hasta que descubrieron su falta de permiso laboral y tuvo que emigrar a Francia, mientras su hijo quedaba al cuidado de un orfanato inglés. La relación con su hermano nunca fue buena y, según parece, la enemistad se intensificó. For Kings Only, un guión comprado por la Gaumont-British Pictures, es el que devuelve a Kurt a Inglaterra. Mientras, en Francia, Robert Siodmak rodará veintidós películas, a la vez que padece la xenofobia de la época: "Mi presencia en Francia era tan sólo tolerada, incluso no tenía ni permiso de trabajo y no puedo contar los días pasados esperando en las ventanillas del Palacio de Justicia…, ignorando si nuestros permisos de residencia serían prorrogados o no".
El primero en arribar a Hollywood, en 1937, fue Kurt, mientras su esposa e hijo aguardaban en Inglaterra. Su carrera comienza con films para la estrella de la Paramount Dorothy Lamour (Her Jungle Love, Aloma of the South Seas); en palabras de Kurt: "silly things" ("cosas tontas").
Dos años más tarde, Robert pisa suelo norteamericano: sus sueños de artista reconocido se desmembrarían de manera contundente. Si en Francia tuvo que recomenzar su carrera desde cero, en Hollywood, tierra del artificio, su tarea fue más traumática. Ignorado absolutamente, además del desconocimiento de sus films, Siodmak afrontó nuevamente, y por tercera vez, la difícil labor del ascenso.
Kurt -ahora Curt-, por su parte, tuvo un intermedio de once meses de desempleo, hasta que por los favores de un amigo consigue escribir el guión de The Invisible Man Returns para la Universal. El éxito del film, interpretado por Vincent Price, supuso para el guionista el inicio de una continua y estrecha colaboración con el cine fantástico.
Robert, en tanto, deambula por la tierra del ensueño: el director Preston Sturges le consigue trabajo en la unidad 'B' del productor Sol Siegel, descubridor del "singer cowboy" Gene Autry. Algunos de los títulos dirigidos por el realizador son: West Point Widow, Fly By Night, My Heart Belongs to Daddy. Robert dejaba a su asistente el manejo de la cámara. El porqué de la decisión posee su explicación: "This is not a Siodmak picture, this is Paramount sheet" ("Esto no es una película Siodmak, sino mierda Paramount").
Un llamado telefónico proporciona a Robert Siodmak nuevas esperanzas. Su hermano Curt intercede en su favor ante los estudios Universal, quienes le otorgan un contrato por siete años con un sueldo inicial de 125 dólares semanales. La ilusión dura poco. El primer encargo tiene que ver con un film de corte fantástico, interpretado por Lon Chaney, Jr., y escrito por el propio Curt. Para Robert esto implica, en pocas palabras, degradarse hacia los estratos más bajos de la producción hollywoodense. Según testimonios de Curt: "Llorando, me decía: '¡Mira lo que me pagan! No me importa lo que el escritor obtenga, pero el director es tan importante'. Yo le dije, 'Esto es mierda. Hazlo o no. No puedo conseguirte más dinero'".
No bien comenzó la producción, Curt quedó sin su crédito de guionista y el cargo fue ocupado por Eric Taylor. Esta estratagema no era nueva, ya había ocurrido en Los hombres del domingo, donde el crédito más importante fuera para Billy Wilder. De acuerdo con Curt: "Robert me quería. Cuando necesitaba algo, él estaba allí y éramos los mejores amigos. Pero pensaba que podía haber un sólo Siodmak, no dos. Y eso duró hasta su muerte". Este recelo es explicado por Curt en relación a la incapacidad que su hermano demostraba como guionista, lo que suscitaba que, psicológicamente, Robert se dedicara a destruir la figura del escritor y su obra. Claro está, no son éstas más que apreciaciones muy parciales, sobre todo si tenemos en cuenta que, en la misma entrevista, Curt se descarga diciendo: "Con buenos actores, un buen guión, un montajista que se ocupe de armar la película, ¿para qué necesitar de un director? Para ser bueno, lo que se necesita es de un determinado entendimiento de recursos narrativos y técnicos. Pero muchos de los directores son sólo decoradores de sets. Escribir es otra cosa."
¿Y El hijo de Drácula?
Este hijo de Drácula, que no es otro más que el propio conde, disimulado bajo el nombre/anagrama "Alucard" (copiado luego hasta el hartazgo), posee méritos que hacen de él un digno sucesor en la estirpe cinematográfica del vampiro.
Ocurre que el conde (Lon Chaney Jr.) emigra a las pantanosas regiones del sur norteamericano contemporáneo, y el motivo se explica en la figura de Katherine Caldwell (Louise Allbritton), heredera ambiciosa de la mansión Dark Oaks y víctima voluntaria del vampiro; de hecho, es éste el primer film que aborda la posibilidad inmortal que ofrece una yugular violada (argumento también hoy repetido hasta el hartazgo).
Hasta dónde Alucard es el personaje principal y hasta dónde no lo es, se convierte en uno de los atractivos del argumento, puesto que las intenciones primeras parecen pasar más por Katherine que por el propio conde. Es ella la que desprecia el amor de Frank Stanley (Robert Paige), en virtud de sus propósitos maléficos e inmortales; en tanto, el matrimonio con Alucard será el instrumento para la consagración de este fin.
El film goza de momentos únicos: el escondite de Alucard en los pantanos cenagosos sobre los que el conde se desliza; Katherine, convertida en murciélago y bebiendo entre sombras la sangre de Frank; o las transformaciones, hasta ese entonces nunca vistas en cine, del conde en niebla o en vampiro (obra de John P. Fulton). El hijo de Drácula es un film que trabaja sobre la reformulación del personaje vampiro -el conde, por ejemplo, se refleja en los espejos- y contribuye, de esta manera, al logro de una consolidación folklórica mayor.
Son of Dracula quizá sea el último buen intento de la Universal por generar un producto digno para el personaje de colmillos; y ello se debe al desempeño estético que significa el aporte de Robert Siodmak. De clara concepción expresionista, la película se nutre de ángulos extrañados, iluminación no natural, y decorados estilizados. Por otra parte, esto es también lo que se esperaba de los realizadores alemanes de la época, pero Siodmak sabrá no sólo bucear en el terror desde el expresionismo, sino que también presagiará, con este film, sus futuras incursiones -decisivas- dentro del cine policial negro. En este sentido, Son of Dracula puede leerse, claramente, como un excelente relato negro: la ambientación es la contemporánea (los EU del '40); una serie de asesinatos develan un móvil que debe ser descubierto (cuya raíz radica en una femme fatale); y el conde es atacado -¡por primera vez!- con armas de fuego. Desde este enfoque podemos entender, un poco mejor, la inclusión del más desafortunado Drácula de la historia del cine (aunque, de igual manera, convengamos en que Lon Chaney Jr., con su cara rechoncha y buena, no era la mejor elección para un personaje que, desde su esencia, es la encarnación del más puro mal).
El rodaje del film finaliza en 15 días y, frente a los 20.000 metros de celuloide permitidos para la realización de una película "B", sólo se utilizan 6.000. Ello habla bien de Robert Siodmak y le afianza el camino hacia el despliegue, ahora sí claramente traumático, expresionista y negro, de sus realizaciones posteriores: La dama fantasma (Phantom Lady, 1943), La escalera de caracol (The Spiral Staircase, 1945), Tras el espejo (The Dark Mirror, 1946), Los asesinos (The Killers, 1946), Sin ley y sin alma (Criss Cross, 1948) (1).
Por el lado de Curt Siodmak, antes de Son of Dracula ya había realizado los guiones de films como Viernes 13 (Black Friday, 1940) y El hombre lobo (The Wolf Man, 1941), para luego ya cimentar su fama en el género desde su trabajo en películas como Yo caminé con un zombie (I Walked With a Zombie, 1943), La guarida de Frankenstein (House of Frankenstein, 1944), La bestia de cinco dedos (The Beast with Five Fingers, 1946), Creature with the Atom Brain (1955). Fue también director de cuatro títulos: Bride of the Gorilla (1951); The Magnetic Monster (1953); Curucu, Beast of the Amazon (1956); Love Slaves of the Amazon (1957). Su faceta de escritor de novelas se consagra, sobre todo, con "Donovan's Brain", un éxito de ventas que tuvo tres traslaciones cinematográficas. Un dato curioso, su novela "City in the Sky" fue comprada por los productores del film de James Bond Moonraker (1979) por la sola necesidad de la inclusión de un gag que el libro contenía: la pareja que hace el amor en el espacio. Sólo por los derechos de esa única idea, a Curt Siodmak le pagaron unos 70.000 dólares.
Hacia 1953, Robert se halla instalado nuevamente en Europa, harto de los caprichos consentidos hacia los "actores estrella" (como sus problemas con Burt Lancaster en el film El pirata hidalgo-The Crimson Pirate, 1951), y de que el fisco norteamericano se llevase el 80% de sus ingresos. Al otro lado del Atlántico, las realizaciones de Robert Siodmak se repartirán entre producciones alemanas, francesas, italianas e inglesas. Antes de su muerte, en 1973, trabajó en la traslación fílmica de un cuento de su hermano: The Clock (1972, Alemania/Suiza).
En 1998, Curt fue premiado en el Festival Internacional de Cine de Berlín. En marzo de 1999 fue condecorado con el más alto honor en Alemania, la Cruz de la Orden del Mérito de la República Federal Alemana. A la edad de 98 años, Curt Siodmak fallece.
Volvamos al film elegido, y concedamos al Conde Drácula el prestigio que se merece y que hubieran de celebrar –inconveniencias más, inconveniencias menos- nombres de prestigio como los de los hermanos Curt y Robert Siodmak. Hollywood, tierra del –otrora- mejor cine clásico, hubo de consolidarse gracias a talentos como los suyos. Ya inmortales.
Notas:
(1) Una historia más negra es la que tuvo que ver con el proyecto que Robert Siodmak aborda luego de Sin ley y sin alma. Titulado “A Stone in the River Hudson”, Siodmak escribe junto con Budd Schulberg un guión a desarrollarse en el puerto de New York, relatando misteriosas relaciones entre los sindicatos y la mafia. Durante cinco meses los guionistas visitan estos ambientes, sufren amenazas de muerte, y son salvados por un cura irlandés que evita sus muertes a manos de un asesino a sueldo. El peligro se torna mayor: el H.U.A.C. (Comité de actividades anti-americanas) de Joseph McCarthy acusa a Schulberg de simpatías pro-comunistas y la película termina siendo bloqueada. Sam Spiegel compra el guión en 1951 a cuenta de Darryl Zanuck para la 20th Century Fox, éste se asusta y lo revende a la Columbia, con la que Spiegel logra hacer el film. On the Waterfront (“Nido de ratas”), realizada por Elia Kazan y un “regenerado” Schulberg, que denunció a sus colegas en Washington así como lo hiciera el propio Kazan, verá la luz en 1954 y recibirá de manos de Siodmak una querella hacia Sam Spiegel por no haber tenido en cuenta su participación. El realizador será indemnizado con $100.000. El nombre de Robert Siodmak figurará, dicho sea de paso, en la lista de personalidades del cine consideradas “comunistas o subversivas”, a raíz de sucesivas entrevistas a manos del FBI. Todo ello por frecuentar, en reiteradas ocasiones, a un sospechoso hombre de “simpatías comunistas”. Su nombre: Charles Chaplin.
Las citas corresponden a:
Hervé Dumont: Robert Siodmak: El maestro del cine negro, Filmoteca Española-Festival de Cine de San Sebastián, Madrid, 1987.
Lee Server (en entrevista con Curt Siodmak): “The Man with Donovan’s Brain” en Starlog: The Science Fiction Universe #150, NY, 01/1990. La traducción es mía.
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