Con los monstruos por todas partes
Con el libro de Renzo Podestá se estrena el sello Multiversal, dedicado a recuperar historietas de rosarinos publicadas en el exterior.
Leandro Arteaga
En estos días de aislamiento, la lectura acompaña –siempre lo hace, no hace falta esperar pandemias– y de un modo visceral. La palabra está a tono con el ánimo de Ichabod Jones: Cazador de Monstruos, la historieta con guión del norteamericano Russell Nohelty y dibujos del rosarino Renzo Podestá, que es el título de largada del sello local Multiversal, de Mariano Abrach.
Recluido en un psiquiátrico, Ichabod convive con una voz interna que lo impulsa a un destino heroico. Paredes afuera (¿o adentro?) el mundo atraviesa un apocalipsis. Y un psicópata, un asesino, tal vez como una de sus esperanzas. “Siempre estuvo en mí la idea de editar, dependiendo del momento y cuando me sintiera preparado. A partir del trabajo periodístico y al ser parte del colectivo editorial Big Sur, aprendí sobre cuestiones internas y me fui preparando, sin planearlo. Por otra parte, me quedaba dando vueltas la cuestión acerca de cómo muchísimos historietistas rosarinos trabajan para afuera y de ellos no se conoce mucho o prácticamente nada, sacando a (Eduardo) Risso, (Marcelo) Frusin, algo de (Leandro) Fernández y poco más. Al momento de pensar un proyecto para (el programa ministerial de subsidios a la cultura) Espacio Santafesino se unieron estas cuestiones, y con el detalle no menor de que Renzo se había mudado justo a Rosario. Él y el guionista, que es el editor original, tenían ganas de que saliera en castellano. Me lo propuso y fue mi primera elección”, comenta Mariano Abrach.
“¡Y quedó excelente!”, afirma Renzo Podestá. “Con el tiempo, los dibujantes nos fuimos volviendo histeriquitos con el tema de la impresión, porque entendemos que debe ser consecuente la inversión con el resultado. Y acá se superaron las expectativas a pleno”, continúa. “El proyecto pasó de aquella etapa declarativa, de intenciones y carpetas, a ser realidad. Y salió bien. La satisfacción viene por poder concretar lo que planeaba y en circunstancias todavía más difíciles, porque meterte a publicar un libro en Argentina ya implica una serie de problemas, pero ¡no contaba con una pandemia! (risas)”, completa Abrach.
–¿Cómo se origina Ichabod?
Podestá: –Yo venía trabajando fuerte a nivel freelance, y Russell (Nohelty) me contrata en enero de 2011, como dibujante, colorista y letrista, así que tuve el control absoluto. ¡Imaginate la confianza que me depositó! Por otro lado, yo estaba con ganas de ir por el lado que más me gusta, de un estilo cartoon, “timburtonesco”, cercano a Edward Gorey y Jhonen Vasquez. Siempre me gustó hacer eso, y mi estética coincidía bastante con la historia, daba para jugar con ese registro. Ichabod Jones es un chabón encerrado en un asilo, por ser un asesino serial. Y termina en una especie de apocalipsis bastante raro. Pero no se aclara si eso existe o no, en un juego superpuesto de realidades y demencias que para mí fue sentirme como un chico en una juguetería.
Ichabod Jones se editó por primera vez a través del sello norteamericano Viper en 2012, luego de manera integral por Wannabe Press –propiedad de Russell Nohelty– en 2015. Ese mismo tomo es el que edita ahora Multiversal. “Russell había quedado disconforme por la poca difusión y los manejos internos, y eso lo impulsó a hacer su propia editorial, en donde largó con el compilado del primer volumen de Ichabod Jones. El volumen 2 lo comenzamos a trabajar el año pasado”, señala el dibujante.
—Si hay un segundo volumen, significa que libros como Ichabod funcionan. No todo es Marvel o DC.
Podestá: –Las big two acaparan absolutamente todo. Marvel se come el 34% de las ventas totales, seguido por DC, y queda un margen, cerca del 30%, donde están el resto de las editoriales y demás indies, que tienen un manejo por fuera, de un sistema artesanal. Russell es una especie de ejército de un solo hombre, monta las cajas en su auto y se va a las convenciones. Es un trabajo de hormiga, que es para observar y respetar. Fundó una especie de imperio chiquitito de un montón de cómics, y se carga al hombro todo eso. El manejo independiente no tiene nada de raro o extraño. Y no compite. Por un lado porque es algo que no se puede dar, pero eso mismo permite un grado de libertad narrativa y creativa que no existe en las editoriales más grandes.
Abrach: –No deja de ser parecido a lo que nos pasa a nosotros.
–¿Cómo definís el estilo de Renzo?
Abrach: –En Ichabod no encontramos un trabajo como el de Wormboy, Perro o El Aneurisma del Chico Punk, que le salen más de las tripas, pero algunas de estas cuestiones están presentes, como el gore y el disfrute de trabajar ese registro. A la vez, se nota el respeto que Renzo le tiene al lenguaje del cómic, en cuanto a la narrativa, los tiempos, y en los colores, con un enorme trabajo, que va mutando de un capítulo a otro. Sé que él no me lo hubiera ofrecido para editar si no estuviera convencido.
Podestá: –Siempre laburé en esos terrenos y me gustó elegir esta clase de proyectos, porque van acorde con lo que yo pienso que es hacer historieta. Si bien separé siempre lo freelance de lo que es personal, hay un vaso comunicante, interno, que es la filosofía de vida con la cual yo llevo a cabo mis propias obras. Con esto pago el alquiler, pero tampoco soy tan mercachifle (risas).
Los próximos lanzamientos de Multiversal prevén The Last Contract (Ed Brisson/Lisandro Estherren/Niko Guardia) y Death Orb (Alejandro Aragón/Ryan Ferrier/Chris O’Halloran). Y seguramente, más de Ichabod Jones
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