La zona incierta de la creación
El prestigioso dramaturgo estará en Casa Arijón. La
creación artística y el paso inevitable por el error. Equivocaciones y aciertos
como maneras de sobrevivir, para crear.
Por Leandro Arteaga
Mauricio
Kartun está en Rosario, con una charla magistral de título que invita:
“Corregir creando. Crear corrigiendo”. La cita es hoy a las 19 en Casa Arijón
(Arijón 84 bis), espacio cultural del Saladillo que depende del Ministerio de
Innovación y Cultura de la provincia.
“Los
títulos que uno le pone a los formatos son siempre una convención –aclara el
dramaturgo a Rosario/12–, uno podría
llamarlo ‘clase’, pero preferimos ‘charla’ simplemente porque eso, de alguna
manera, acerca a la gente de manera más desprejuiciada. La idea, en principio,
es transmitir un conocimiento y una herramienta útil con un alcance amplio,
para cualquiera que quiera trabajar en esta zona incierta de la creación
artística.”
El
autor de Chau Misterix y La Madonnita dice que “cuando me propusieron
hacer una actividad de un día, pensé en qué podía ser más efectivo, y llegué a
la conclusión de que había algo que a veces perdía de vista el creador, y es
que toda creación se configura en el paso inevitable por el error. En realidad,
el trabajo del artista no es otra cosa que el de construir una versión de una
hipótesis y luego corregirla, sucesivamente, hasta llegar al estado final. Muchas
veces, por no entenderlo, por no tener las herramientas, mucha gente se asusta
ante la creación, porque cree que el error lo descalifica, siendo que en todo
caso, el error es solamente uno de los estados de la obra antes de llegar a su
estado definitivo. Entonces, preparé esta charla, clase, o cómo queramos
llamarla, de acuerdo a las necesidades de cada uno de los que asistan.”
-A los errores los cometemos en todo orden, cómo no
compartirlos.
-Justamente,
creo que cuando los artistas lo entienden, esa es una de las razones por las
cuales no se van de la actividad artística, y es una de las pocas actividades
humanas que lo permite. Creo que trabajar en estado de falla, error y
corrección, es una especie de paraíso del que disfrutamos aquellos que creamos.
-Para equivocarse, ¿hay que tener disciplina de
trabajo?
-Para
equivocarse, hay que tener el compromiso de corregir. Establecido este
compromiso, uno entra en la dialéctica interminable, en ese círculo virtuoso,
que es el de trabajar desprejuiciadamente y poder descubrir qué cosas son error
y qué cosas son acierto, a los aciertos hay que amplificarlos, y a los errores
corregirlos.
-En este camino, ¿a quiénes hay que escuchar?
-Esto
es como jugar a la paleta, necesitás crear tu frontón, no podés jugar contra
cualquier superficie. Las personas a las que escuchar son los frontones que
nosotros vamos, a veces, encontrando azarosamente, o a veces creando, también a
los oyentes uno los va creando, acercándoles distinto tipo de material,
preguntándoles cuestiones diferentes en relación a tu obra. La palabra del otro
es fundamental, en la medida en que uno encuentre a ese otro con el que
efectivamente se completa.
-¿Quiénes le han hecho notar errores?
-Es
un especto grande que va desde mis maestros, y pondría en la cúspide de ellos a
Ricardo Monti, que ha sido un lector siempre internamente prestigiado, por sus
devoluciones, por lo que me podía decir, ahora hace años que no trabajo con ese
frontón, pero fue fundamental en mis inicios. En la esfera interior, íntima y
doméstica, el frontón es mi mujer, una lectora impiadosa, clara y espontánea,
de todo lo que produzco.
El
arte, dice Mauricio Kartun, es imprescindible. Sin él no se puede vivir. Y
enumera: aire, agua, cultura. “El arte es la esencia del hecho cultural. El
hecho cultural no sé si imita al arte, naturalmente, pero es una sustancia que
encuentra su esencia en la actividad artística. Una película, una música que
escuchás con los auriculares mientras estás en el colectivo, una obra de teatro
que te conmueve, un artista plástico que te sorprende, incluso a veces yendo
por la calle y viéndolo pegado contra una pared, una poesía, la letra de una
canción. En realidad, el arte es la respiración de los pueblos. No hay otra
manera de ver la realidad, fuera de la realidad, que verla en términos de una
construcción poética, y eso es lo que hace el arte en cualquiera de sus
manifestaciones. Por eso el hombre no ha podido prescindir de ella a través del
paso de los siglos y los siglos, a pesar de que a veces para definirla haya que
entrar en complejidades metafísicas. Pero, ¿por qué sigo viendo una película,
escuchando música? Porque no hay otra manera de entender los ritmos de la vida
que no sea a través de los ritmos musicales, porque no hay otra manera de
entender la propia problemática que verla en ese espejo deformante que es una
narración, un relato, un cuento, una película, o una obra de teatro. Es una
respiración. Insisto: agua, aire, cultura.”
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