lunes, 2 de diciembre de 2013

Una segunda oportunidad (2013, Nicole Holofcener)


Sólo una película de certezas


Por Leandro Arteaga

Decir que James Gandolfini es increíble, gigante, notable, y que se le extraña todavía más luego de Una segunda oportunidad, es indiscutible. Porque es él, y sólo él, el eje de esta comedia que suma adeptos al por mayor. Pero que, para este juicio, lejos está de problematizar, escandalizar, transgredir, o por lo menos incomodar.
Gandolfini es genial, también Julia Louis-Dreyfus. Pero tampoco exagerar. No casualmente son dos de los grandes nombres del ámbito televisivo. Gandolfini, eso sí, vuelve a dar cuenta aquí de su pluralidad de registro, algo a lo que la Louis-Dreyfus pareciera negarse. Es decir, quien la conozca (¿habrá quién no?) por sus andanzas en Seinfeld o The New Adventures of Old Christine sabrá reconocer su catálogo de reacciones o tics gestuales. Ahora bien, ¿por qué reiterarlos en este film?
Lo que equivale a emparentar Una segunda oportunidad con una comedia ligera y televisiva. En donde las vicisitudes ocurridas deben contar con una muy necesaria suspensión de la incredulidad por parte del espectador. A través de una serie de coincidencias el relato cubre de incertidumbres la relación otoñal entre sus protagonistas. Situaciones cómicas, o algo así, como consecuencia y motor de avance (o retroceso) de los afectos.
Todo esto desde una delineación de clase media acomodada, con conflictos que son adornos, y medidas de vida tendientes a reparar cualquier desequilibrio. Cinematográficamente mediante el empleo de figuras retóricas que el argumento expone para el entendimiento de –dada la calificación- todo tipo de público. Por ejemplo (¡y espejadamente!): la edad, el nido vacío, los matrimonios fallidos, los rencores, la hija “postiza” de ella (cuyo rol será, por lo menos, subrayado de modo redundante), o elementos y aspectos (la mesita de luz, los cepillos de dientes, la comida repetida, la incapacidad de susurrar) que explicarían algo cuya develación pareciera tarea digna de una psicología de género en contratapa de revista de chimentos.
Por eso, no queda claro cuál sería el ingenio planteado por el film de Nicole Holofcener. ¿Una mirada corrosiva? ¿Sobre qué? ¿Dónde hay corrosión cuando de lo que se trata es de evitar malestares? Todavía más, ¿dónde habría cine provocador cuando la puesta en escena no hace más que sostenerse desde el más redundante plano y contraplano? Miradas contrapuestas (él/ella) que habrán, finalmente, acostumbradamente, de convivir en un mismo encuadre. Elocuentemente, nada de preocupación por lo que pueda suceder desde el fuera de campo. ¿Los hijos idos? Habrán de volver al cuadro de familia para la visita o festividad ritual; para más datos, en el “día de Acción de Gracias”.
¿Fuera de campo? Ésa es tarea de cineastas.

Una segunda oportunidad
(Enough Said)
EE.UU., 2013. Dirección y guión: Nicole Holofcener. Fotografía: Xavier Pérez Grobet. Montaje: Robert Frazen. Música: Marcelo Zarvos. Reparto: Julia Louis-Dreyfus, James Gandolfini, Catherine Keener, Toni Collette, Ben Falcone, Eve Hewson, Amy Landecker. Duración: 93 minutos.
Salas: Monumental, Del Centro, Showcase, Sunstar, Village.
5 (cinco) puntos

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