martes, 13 de julio de 2010

Los macocos en Rosario. Teatro La Comedia


“Cuando nace el bebé, nace el papá también”




Los macocos visitan Rosario, exhiben obra, y presentan libro. Todo ello como regalo para unas vacaciones de invierno que, vale apuntar, no sólo son para chicos. Sino también para los papás.

Por Leandro Arteaga


El nombre de Los macocos no es extraño a Rosario. Los integrantes (Daniel Casablanca, Martín Salazar, Gabriel Wolf) han visitado la ciudad varias veces, conocen muchas de sus salas, han trabado amistad –también aquí- con Luis Pescetti, y quieren que Chiqui Gonzáles -la ministra de Innovación y Cultura de la provincia- los vaya a ver. “Sé que debe estar con quinientas cosas en la cabeza –dice Gabriel Wolf a Rosario/12- y no sé cómo hacer para hacerle llegar una invitación”. Quizá este medio sea una manera.
La cita, este fin de semana, viene también con novedades, porque Los macocos han sido nominados hace horas al Premio ACE al mejor espectáculo de humor 2009-2010. “Pequeño papá ilustrado” se presentará esta noche a las 21 en La Comedia (Mitre y Cortada Ricardone) –además del sábado 10, a las 21; domingo 11, a las 20; viernes 16, sábado 17, a las 21; domingo 18, a las 20)-, y durante el día de mañana, a partir de las 12, los actores estarán también firmando ejemplares de su nuevo libro en Librería Ross (Córdoba 1347): “Pequeño papá ilustrado. Manual deformación para padres” (Sudamericana).

-Me gusta la ambigüedad que promete la palabra “deformación”, desacraliza…

Wolf: Creo que la palabra es desdramatiza, porque se desdramatizan las situaciones. Sin querer nos dimos cuenta de que nos metíamos en ese mundo de la desdramatización, que creo que está bueno, porque uno lo ve con otros ojos. Hay que transitar la experiencia de ser padre para aprender, con sus dolores y alegrías; ése es el concepto general del espectáculo. El libro es consecuencia de la obra, cuando por lo general es al revés. El espectáculo lo empezamos a delinear a fines del 2005, cuando nos dimos cuenta de que en las reuniones que armábamos entre nosotros el tema de los hijos era recurrente, ya que éramos todos padres. Y cada vez que contábamos alguna situación anecdótica los demás se reían, el tema se ridiculizaba, había un lugar en donde a todos nos resonaba la experiencia de empezar a ser padres, y alrededor de eso encontramos que había mucho material muy divertido, acerca de la crianza, sobre las aventuras y desventuras de llevar al nene al pediatra, por ejemplo.

Casablanca: Podríamos decir que es nuestro primer espectáculo claramente autorreferencial, lo decidimos rápida y unánimemente como tema para espectáculo. Una de las cosas más complicadas es decidir la temática, una vez decidida ya empieza a circular por la cabeza y empezamos a escribir, a poner el cuerpo; el cuerpo es el que termina de escribir las ideas. Así fue surgiendo el espectáculo y la sorpresa fue la respuesta rápida que tuvimos con respecto a los espectadores: ‘uy, esto me pasa’, ‘eso lo viví’, ‘esto sucede’. Como que uno piensa siempre que se está trabajando a partir de la experiencia de uno y te das cuenta de que hay un montón de padres a quienes les está sucediendo lo mismo. Es una sorpresa muy grata.

Wolf: Es de una identificación casi inmediata te diría, todos pasamos por la situación de la crianza, siendo papás o hijos. Los que son papás enseguida captan la situación de las vacaciones, del pediatra, de las amenazas imposibles, esas cosas que uno le dice al hijo pero que nunca las cumple, por ejemplo: ‘si no dejás de mirar la tele te la pongo de sombrero’, y no lo hacés, porque si le ponés la tele de sombrero tenés que ir a buscar otra tele y sale como cinco mil pesos. Pudimos hacer una buena observación de la cotidianeidad, de las frases hechas, y lo volcamos en el espectáculo, creo que todo eso es lo que identifica rápidamente a la gente.

-Luego de tantos años, de hecho, existe una relación muy fluida entre ustedes y el público.

Casablanca: Creo que ésa es siempre la idea. También tocamos justo un tema al que no hay manera de escaparle, sea como hijo, padre o abuelo, es un tema que uno ha vivido. Nuestra intención es la de siempre trabajar a partir de mundos costumbristas, y a través del humor mostrarlos en forma de crítica.

-¿Y el desprendimiento literario cómo surge?

Casablanca: Tuvo que ver con una madre de trillizos que fue a una de las primeras funciones del año pasado. Como era amiga de una persona de Sudamericana, la llamó y le dijo ‘mirá, hay un montón de libros con respecto a las madres, pero vengo de ver un espectáculo que habla de los papás y que puede ser un libro’. La editorial se puso en contacto con nosotros, fueron a vernos y les encantó. Nos pusimos a escribir y como teníamos mucho sobre el tema, porque estábamos metidos de lleno en la temática padre-hijo, la verdad es que además del libro tenemos material para hacer un “Pequeño papá ilustrado 2”, tanto libro como espectáculo.

-Cuentan con la bendición del prólogo de Luis Pescetti.

Wolf: Con Pescetti nos pasó que se volvió medio fanático nuestro, vino a ver la obra y después ya era como imposible el decirle que no a nada. Cuando fuimos a Rosario el año pasado dio la casualidad de que estaba ahí, fue a ver otra vez la función y quiso ir a comer con nosotros. Cuando salió la posibilidad del libro le ofrecimos el prólogo. Es buena onda.

-El libro me remite, además, a cierto guiño de ojo a tanto libro de autoayuda o cosas similares.

Casablanca: Justamente es una burla a todo eso. A los magazines y a las revistas de consejos. Cuando estás por ser papá te llenás de una información que no tiene nada que ver con la realidad, el caos de la vida es otra cosa. Cuando nace el bebé nace el papá también, y uno está tan desinformado como el nene acerca de cómo se hace todo. La revista tiene su marketing, pero la realidad es otra. El ejemplo es que vos te lavás con Pervinox para cambiar el primer pañal, y a los dos meses tirás el pervinox porque se venció, y lo cambiaste por vómitos, te llenaste de mierda, te meó encima o lo vestiste estando resfriado o engripado (risas). La vida es mucho más desprolija. Lo que pasa en la función es que descubrís que hay un montón de gente a la que le pasa lo mismo, y el humor y la risa, como misa y lugar de encuentro, es un lindo reconocimiento. La verdad es que el espectáculo nos llena de satisfacción.

Publicado en Rosario/12 (09/07/2010)


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