sábado, 17 de diciembre de 2011

L'expedition (Dargaud): Marcelo Frusin/Entrevista


Dibujante de fronteras abiertas


De inminente desembarco en Francia, y con el prestigio de ediciones Dargaud, Marcelo Frusin sumerge a legionarios romanos en una expedición de misterio y de dibujos excepcionales.

Por Leandro Arteaga

“La primera vez que publiqué fue en Columba, en el ’93, ahí sentí que inauguraba mi carrera profesional” dice Marcelo Frusin a Rosario/12 ante la pregunta de cuáles recuerdos elegir frente a una trayectoria ya importante así como de muchas páginas en ejercicio y por hacer. “Después Hellblazer, donde durante cinco años dibujé la serie mensual, me gustaba mucho la temática y el personaje, vinculados al terror, la intriga, el misterio. Luego Loveless, un western, mi primer proyecto como creador -me encanta el western, particularmente Sergio Leone-, ahí fue donde empecé a hacer también las tapas. También recuerdo mi primer libro a todo color, un especial de Wolverine, para Marvel. Son momentos especiales porque con ellos fui logrando cosas que quería hacer.”
Desde este derrotero abreviado, el dibujante rosarino señala un camino que lo ha llevado de Argentina a Estados Unidos (DC y Marvel) y, ahora, a Francia, de la mano de una de las editoriales más importantes del mercado: Dargaud. “La de Astérix, la de Blueberry, una muy buena casa, y muy buena en el trato hacia los artistas.”

-Es decir, estás en un momento en el que podés elegir qué es lo que querés hacer.

-Por suerte sí, fueron muchos años de trabajo en Estados Unidos, y hay editores a los que les gusta lo que hago. Tengo ofertas de DC, de Marvel, de Dargaud, y de alguna otra editorial, así que por suerte puedo elegir. Me encantaría trabajar con todas, pero el dibujante tiene sus tiempos, ése es el gran problema.

-¿Cuáles son las exigencias o las diferencias entre el mercado americano y el europeo?

-En el cómic europeo, en este caso el francés, hay otro tiempo de elaboración. El libro que dibujé se edita en un tamaño más grande, es de tapa dura, tiene otra presentación. Podríamos decir, para encontrar similitudes y diferencias, que el cómic americano es al cómic francés lo que las series son al cine. Probablemente, un buen libro editado en Francia no se venda al principio, cuando recién sale, algo que sí se tiene en cuenta con las ediciones norteamericanas, donde el mercado es muy dinámico y hay cómics todo el tiempo. Un cómic francés puede estar vendiéndose en las bateas durante cinco años, por eso la presentación y el cuidado de la edición. En Francia, es el autor quien se ocupa habitualmente de hacer todo, y es por eso que tiene tiempo para pintar, hacer el lápiz, la tinta, el color, las tapas. Todo lo que hice, de hecho, en este libro. Agregamos también una edición especial para las librerías, con una sección dedicada a la “cocina” del libro, con los bocetos, lápices, tintas, donde se detalla el proceso.

-¿En qué consiste La expedición, para Dargaud?

-Es una serie de cuatro libros, con guión de Richard Marazano, un escritor francés. El primero -El león de Nubia- se presenta el 3 de febrero y se va a editar simultáneamente en España. Transcurre diez años a.C., en el Egipto ocupado por los romanos. En el Nilo encuentran una embarcación con un africano muerto y unas riquezas con decoraciones extrañas, que los romanos no reconocen, algo que los incentiva a la búsqueda y conquista del reino perdido del que provienen. Se organiza una expedición no oficial, con algunos hombres mercenarios, bravos y delincuentes. Durante la expedición aparecen los conflictos entre el general y su segundo con toda esta banda, un poco a la manera, podemos decir, de lo que sucede en Doce del patíbulo, donde se junta un gran equipo pero a la vez hay que lidiar con todas esas personalidades. La historia también tiene un trasfondo, una crítica hacia la invasión -no sólo geográfica- de las culturas distintas, algo que a nosotros, por latinoamericanos, nos toca también.

-¿Por dónde pasaron las referencias, al momento de la realización?

-Me motivo mucho con el cine y la música, me gustó mucho la serie Roma, así como el Satyricon de Fellini, que tiene una locura, un vuelo, con esos banquetes obscenos de sexo, de comida, de suciedad. Vi todo sobre Egipto, África, las civilizaciones antiguas. Algo que me sirvió mucho es lo que hace un grupo de personas en Europa: se visten de romanos y salen en una caminata para revivir lo que era la vida del legionario, se sacan unas fotos espectaculares con unos trajes perfectos; eso me vino bárbaro para ver el tema de los colores, al momento de pintar. Por el lado del cine, hay películas muy documentadas y fieles, que suelen ser las europeas, mientras que el cine de Hollywood suele ser más irreal; yo me manejé por el medio, es decir, los vikingos no usaban cuernos en sus cascos pero es un código que, desde que se lo ve en el cine, uno se lo puede permitir. De todos modos traté de mantenerme enfocado en la época y leí bastante Historia. En cuanto a la música, escuché mucho las bandas de sonido de Conan y de Excalibur, que son formidables, así como música de Egipto y de todo lo que tuviese rasgos arábigos ¡También a Morricone! Funciona perfecto y siempre estimula a hacer imágenes.

-¿Y la relación con el guionista?

-Marazano vive en París, pero por suerte habla español, es admirador del Che y de muchas cosas de acá, tenemos una gran comunicación y nos pudimos acomodar muy bien el uno al otro. Yo venía de trabajar durante muchos años en el cómic americano, donde tenés por página cuatro o cinco paneles, mientras que acá tenés que trabajar con diez paneles. Tuve que hacer un cambio estético muy grande, pero fue algo que charlamos hasta llegar a un término medio y a la editorial le gustó.

-¿De qué manera presenta Dargaud sus libros?

-Generalmente se anuncian desde un tiempo previo, con afiches grandes, folletería, libros pequeños que se reparten; algo que los americanos también suelen hacer pero sin tanta antelación.

-Se nota una concepción más integral de la obra, a diferencia de lo que sucede en Estados Unidos.

-Hay algo que es esencial: el tiempo. Hay mucha charla y respeto de la editorial hacia el autor, te preguntan a quién se lo querés dedicar, sobre el color de la contratapa, por la edición de los bocetos –de hecho, les pedí que cambiaran la diagramación-, es decir, hay mucho control por parte de los autores hacia el libro. La industria americana también tiene cosas muy buenas, con una dinámica enorme, donde sólo te preocupás por dibujar mientras la editorial arma el resto del equipo. Pero son cosas diferentes, a veces tengo más ganas de hacer una cosa que la otra. Siempre me gustó mucho el cómic europeo, que es lo que empecé a ver siendo adolescente. Tenía pendiente hacer un trabajo de este tipo, así que estoy muy contento. Mi plan para el año que viene es el de terminar el segundo libro antes del año y hacer también algo para Marvel.
Pueden consultarse imágenes de La expedición y de otros trabajos de Frusin en http://marcelofrusin.blogspot.com/.

En Rosario/12 (17/12/2011)


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