Líneas de mano maestra
La maestría de Luis Scafati podrá apreciarse a
partir de hoy en Centro Cultural Fontanarrosa. La formación plástica y pasión
de historieta, estará presente hoy en la inauguración.
Por Leandro Arteaga
Nacido
en Mendoza (1947), con formación académica y pulso maestro que le llevaran a
recorrer el mundo, los lápices de Luis Scafati tienen presencia en libros,
revistas, periódicos, galerías y, cómo no recordarlo, en un gran vinilo. Suya
es la tapa del segundo LP de Juan Carlos Baglietto, Actuar para vivir, donde una fotografía del músico se leía clara
entre mueblecitos y luces de un camerino tan pintarrajeado como descascarado.
“No
me puedo olvidar del día en que Baglietto entró a mi taller, desesperado porque
no me encontraba. En ese momento yo tenía varios lugares de trabajo y estaba
haciendo cerámica en Villa Urquiza; no sé cómo hizo para encontrarme ahí, donde
nos pusimos en contacto para la tapa del disco”, recuerda Scafati a Rosario/12.
La
anécdota es parte del mundo personal que el artista significa, al que abrirá
sus puertas el Centro Cultural Roberto Fontanarrosa esta tarde, a las 19, con
la presencia del propio Scafati. El nombre elegido aparece como síntesis de
vida: Las líneas de la mano. Al
respecto, dice el dibujante: “La línea, instrumento básico del dibujo, es como
una continuación mía, es con lo que me expreso, es una parte sustancial; por
eso el título.”
-En su obra se nota un sello autoral, que supo
lidiar con el escenario comercial.
-Mi
trabajo se fue desarrollando a medida que fui creciendo. Yo entiendo el dibujo
desde una óptica quizás ya pasada, pero creo que es una forma de expresión, es
decir, con el dibujo digo a veces lo que pienso, algo que en un momento puede
significar también un límite. Hay muchos medios o lugares donde antes podía
circular con tranquilidad pero que ahora no me convocan, obviamente por el tema
comercial que hay atrás. Siento que el periodismo actual, en gran parte, más
que responder a una idea responde a una situación económica, y eso al tipo que
es librepensador le significa un límite. Mi dibujo expresa una idea porque hay
una persona detrás, que vive en este lugar y que se expresa a través de este
medio.
-Su línea se apropia de soportes diferentes: libros,
historietas, diarios, a los que redimensiona desde un trazo reconocible.
-Lo
que pasa es que mi formación y aspiración tienden al objeto artístico. Tal vez
lo novedoso en mi caso es que hago circular mi trabajo por lugares a veces subestimados
por algunos artistas plásticos. Me interesa mucho más circular en una revista
antes que estar en una galería de arte, porque creo que la revista tiene una forma
más democrática de llegar al público. No te olvides que nací en Mendoza, y allí
me formé mirando publicaciones, no yendo a museos, que estaban muy lejos de mi
casa.
-¿Cuáles publicaciones y dibujantes elige recordar?
-A
mi casa llegaba Patoruzito, que era
un compendio de la historieta argentina y extranjera; así como encontrabas a
Alberto Breccia o Enrique Rapela, tenías también al Rip Kirby de Alex Raymond, todos grandes dibujantes. Yo los miraba
y de alguna manera, sin tener conciencia clara, me estaba formando. A medida
que fui creciendo descubrí a otros, como Roberto Páez a través de las
ilustraciones para el Martín Fierro,
o Carlos Alonso con La guerra al malón.
Esa información fue a través de la cosa gráfica, a la que le estoy agradecido
porque es eso lo que me interesa. Si bien yo dibujo con un sentimiento
artístico –no sé qué significará eso pero creo que lo tengo-, me gusta circular
de esa manera, a través de los medios.
-Algo similar ha expresado Crist con su Homenaje a la historieta.
-Paradójicamente,
aquellos grandes dibujantes suelen ser subestimados a la hora de ponerlos en un
nivel artístico. Pero eso es algo que pasa sobre todo acá, donde siento que por
ahí se olvidan a esos grandes artistas que supimos conquistar. Argentina se ha
destacado en el nivel de sus dibujantes en todo el mundo; yo me avivé de ese
tema afuera, en España, en Francia, donde los dibujantes argentinos han hecho escuela
y no hay duda en decirlo. Nosotros no tenemos mucha conciencia de todo eso.
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