Entre la
pintura y las historietas
Manuel Depetris exhibe un talento que desborda. La edición del Cuaderno de Dibujante dedicado a bocetos e ideas íntimas destaca la tarea del artista. Las bellas artes, las historietas y Hugo Pratt.
Por Leandro Arteaga
Se lo conoce poco a Manuel Depetris y es mucha la
importancia de su trabajo. Pintura e historieta en trazos y pinceladas repartidos
por igual entre lienzos y papel. Tal es la novedad que significa Cuadernos de Dibujante #2: Manuel Depetris
(2015, Puro Comic Ediciones), serie compilada por Juan Ángel Szama, ganadora de
la convocatoria Espacio Santafesino, dedicada a recopilar bocetos y dibujos
inesperados de algunos de los grandes historietistas de la ciudad.
Con estudios cursados en Bellas Artes (UNR), Depetris
(1985) confiesa encontrar su lugar en la historieta casi sin proponérselo. “Si
no fuera por unos amigos que me patearon para adentro, quizás nunca me lo hubiese
propuesto. Sí hacía historietas desde chico, pero nunca me lo propuse como
objetivo. Como hubo gente que me motivó, fui probando cosas. Pero la plástica y
la historieta van a la par, son dos producciones que para mí conforman una
sola. Lo que no puedo decir con una lo digo con la otra. Son dos lenguajes que
quizás se complementan; cuando a veces la potencialidad de uno no llega a
cubrir un objetivo, el otro viene a compensar.”
-¿Cuáles son
esas posibilidades específicas que encontraste en la historieta?
-Fundamentalmente, la interacción fluida entre la
imagen y el texto. Es algo que la pintura permite pero desde un acotamiento del
formato. Yo soy un pintor bastante tradicional, trabajo sobre tela o papel.
Pero la historieta te da otra relación con el tiempo, con los ritmos, de cuadro
a cuadro y de página a página. También la palabra como elemento gráfico es algo
que me interesa mucho, así como explorar una faceta como la elaboración de
textos, algo que sólo apareció con la historieta.
El Cuaderno de
Dibujante de Depetris deja entrever un mundo abismado, perdido en una
ensoñación que pierde referencia temporal. Hay personajes que podrían llegar a
ser, mientras habitan un entorno de dibujos y trazos o pinceles en proceso. Por
eso, el Cuaderno es una oportunidad
única para adentrarse en la intimidad del artista, en ese momento donde todo
puede llegar a ser porque allí está el devenir posible. Ahora bien, cómo
organizar un libro semejante no es tarea fácil. Mucho, sino todo, tiene que ver
con la tarea del compilador, el dibujante Juan Ángel Szama (organizador de Crack Bang Boom), quien suma este libro al
que ya dedicara a Renzo Podestá, en vistas a un tercero que estará protagonizado
por bocetos de Eduardo Risso.
-¿Cómo te
resultó pensar este libro?
-No fue muy fácil. Cuando Juan me dijo de hacerlo me
interesó, pero a la hora de buscar los bocetos uno se da cuenta de que no son
tantos. Hay un filtro importante que uno mismo hace, y luego está el gusto del
editor. No fue nada fácil, siendo como es el primer libro que publico bajo mi
nombre. Pero hay que darle el mayor de los créditos al compilador, el trabajo
grueso lo hizo él.
Entre las palabras de Depetris que se leen en la
entrevista contenida en el Cuaderno,
se dice: “la ausencia total de acción, los ritmos lentos, las páginas con dos o
tres cuadros, los colores desaturados, las líneas desprolijas” como aspectos
que caracterizan su estilo, si bien conciente de una voz definitiva que está siempre
en proceso. “Mal haría yo o cualquiera en pensarme desde una fórmula, hay que tratar
de no cerrarse en una definición de estilo. Lo que vengo haciendo tiene que ver
con un objetivo, con un fragmento en mi historia, quizás mañana mi objetivo sea
otro y mi estilo necesariamente cambie. El complemento del lector es esa
maravilla que dará una segunda, tercera, e infinitas lecturas. Me parece que la
fórmula es privativa”, agrega.
Entre los referentes, que pueden ser muchos,
Depetris no duda: Hugo Pratt. Y explica: “Para mí la historieta es Pratt, y
luego los demás. Yo soy un consumidor de historietas desde los dibujantes, si
me gusta el dibujo, entro. Con Pratt esto fue así desde chiquito. Recuerdo que
mi viejo una vez apareció con un libro que tenía guardado, un Jesuita Joe, de editorial Totem, formato
enorme, a color. Yo no entendía nada, al principio no me gustó, ¿por qué
dibujaba tan simple? Luego de días y semanas y años de mirarlo se volvió como
una Biblia. Para mí, Pratt es fundacional en todo intento de dibujar. Todo está
ahí.”
Los trabajos de Depetris se reparten entre
publicaciones brasileras y la promesa de un libro inminente, que editará La Pinta (Bs. As.), cuyo
director, Martín Muntaner, firma el prólogo notable con el que abre el Cuaderno de Dibujante. “Estoy en ese
proceso de que se conozca de a poco lo mío. Participé en la adaptación de una
novela de un escritor brasilero, a la que me invitó un colega. Fuimos cinco
ilustradores, con un capítulo cada uno. Esa fue mi primera publicación
profesional, además de algunos fanzines. Tengo un libro terminado, desde hace
unos años, pero que está en cola de espera en La Pinta. Se titula ¿Qué clase de casa es ésta?, son cuatro
historias cortas, la primera cosa que hago integralmente. Un libro que
casualmente cierra mucho con el Cuaderno
de Dibujante, ya que allí incluí mucho de su producción. Ahora voy a
publicar en una revista en Brasil, una historia que me gustó mucho hacer. Estoy
en esto de empezar a salir afuera para que se conozca un poco mi trabajo y ver
qué pasa.”
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