Películas para pensar el retrato y el cine
Cine Club Incaa abre sus puertas a través de películas de escasa difusión comercial. “Hay mucho material que pasa desapercibido” comentan sus responsables.
Por Leandro Arteaga
Con el título “Cine Club Incaa”, y la promesa de “Otras propuestas del cine nacional y latinoamericano en ciclos temáticos”, Gustavo Galuppo y Juan Aguzzi han iniciado un ciclo temático en la sala de cine Arteón (Sarmiento 778), los martes a las 21.
“El propósito es el de volver a la vieja idea de “cine club”, es decir, la idea de poder trabajar con materiales audiovisuales en la medida en que uno pueda dar cuenta de qué se va a ver, por qué se va a ver, para qué se va a ver, algo que se ha perdido muchísimo en esta época de cine mainstream” comenta Aguzzi, colega del diario El Ciudadano, a Rosario/12. “El proyecto, que viene del Incaa (Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales) tiene que ver con ciclos temáticos donde Gustavo y yo seleccionamos y programamos el material, además de coordinar la proyección y, muy probablemente, la compañía de algunos realizadores.”
“El ciclo también viene a dar forma a un viejo proyecto, que tenía que ver con la revista El Eclipse, una publicación que teníamos hace unos años con Juan y otros compañeros”, agrega Galuppo. “Hace mucho que estamos trabajando con un proyecto editorial, dándole forma, y en este caso hemos agregado un sitio web (el7continente.wordpress.com) que, aún cuando estará relacionado con el ciclo, va a tener un funcionamiento independiente.”
-¿Por qué la elección del “retrato” como eje temático?
Galuppo: Porque es una idea muy rica cinematográficamente. Una cosa que plantamos es la de poner en perspectiva qué es un retrato en cine, en el sentido del pacto desigual que se establece entre el realizador y el retratado. ¿Qué hay en la película de uno y de otro? En todo caso, hay una relación asimétrica y desigual, donde seguramente habrá más de la mirada del realizador, algo que aparece en cualquiera de las películas.
Aguzzi: Un ida y vuelta donde se provoca también la posibilidad de un autorretrato, ya que el realizador necesariamente va a involucrarse en la figura de quien retrata, algo que en los films elegidos se puede ver perfectamente.
Galuppo: En el blog en el que estamos trabajando, se va a poder consultar una especie de dossier sobre ese tema, con análisis, textos teóricos y entrevistas. Ya tenemos pensados, al menos, dos ciclos más, pero estamos pendientes de conseguir algunos títulos que nos faltan para confirmarlos.
-Asumir la coordinación de los ciclos me parece algo siempre fundamental.
Galuppo: Lo que nosotros pensamos es que, si bien hoy hay mucho material circulando, lo que falta es un poco de información, o de un contexto determinado para ver algunas películas, ya que no se puede ver todo de igual manera. Es por eso que, con Juan, buscamos contextualizar los títulos elegidos, darles un marco temático, formal, estético, algo que creemos necesario en una época como la actual, donde hay demasiada sobreabundancia de información pero poco pensamiento en general.
Aguzzi: A través de la contextualización lo que se busca es generar un nuevo tipo de espectador para este tipo de cine. Seguramente la poca difusión de estas películas tenga que ver con el hecho de la gente se pierda la posibilidad de verlas, pero también es importante considerar que, muchas veces, el espectador no tiene necesariamente los elementos para poder introducirse mejor y establecer un diálogo con cierto cine. En este sentido, creemos que hay una cantidad de material muy interesante que, aún cuando haya tenido alguna proyección en la ciudad, pasa prácticamente desapercibido.
-De las películas que han elegido, sólo puede ver Claudia, sobre el caso Sobrero, de la cual recuerdo el impacto que me generó verla a Claudia leer y mirar las viejas noticias de los diarios sobre el asesinato de Lino Palacio.
Aguzzi: Son muy interesantes las reflexiones que Claudia hace, así como cuando dice que a ella Lino Palacio la trataba muy bien, lo que provoca una sensación muy particular. Aunque allí, si bien se trata del retrato de una mujer, la figura de Claudia sirve como la excusa de un retrato más general y sobre el sistema penal, sobre la utilidad del sistema carcelario.
Aún cuando pudiese parecer tangencial, no estará demás subrayar que Gustavo Galuppo ha presentado un nuevo trabajo en el reciente Bafici -¿Qué sois ahora?, un documental sobre Pequeña Orquesta Reincidentes-, además de estrenar sus dos últimos trabajos audiovisuales -Besos y hasta siempre y La remota posibilidad del amor- el 24 de mayo en el Espacio Fundacion Telefónica de Buenos Aires.
Los títulos apuntados para el ciclo de mayo incluyen: martes 10: Hiroshima (Uruguay, 2009), donde el realizador Pablo Stoll toma la figura de su hermano, en una película que por momentos parece una comedia, aunque en verdad sea mucho más; martes 17: Las sábanas de Norberto (Hernán Khourian/Argentina, 2003) y Cerca de Bony (Andrés Denegri/Argentina, 2006); martes 24: Invernadero (Argentina, 2010); martes 31: Claudia (Marcel Gonnet/Argentina, 2010).
En Rosario/12 (09/05/2011)
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