domingo, 24 de enero de 2010

Gabriel Arregui (El torcan, 2009): entrevista


El cantor de los barrios porteños


La vida y música del cantor de tangos Luis Cardei motivó un interés de trabajo de cinco años para el realizador Gabriel Arregui. “Es una película que me trajo muchas alegrías”, comenta el cineasta.


No es la única biopic (género particular que remite a las películas biográficas) que en la sala de Cine Arteón tuvo exhibición. Hace poco tenía su momento de pantalla Homero Manzi, un poeta en la tormeta, de Eduardo Spagnuolo. Desde el jueves pasado puede verse en la misma sala El Torcan, segundo largometraje de Gabriel Arregui (Mataperros, 2001), sobre la figura y obra del cantor de tangos Luis Cardei (1944-2000).
“Un día leo que había muerto el señor Luis Cardei y me fui con un amigo a la casa de velatorios. Ahí me dicen que sí, que lo están velando, pero que no me pueden decir nada interesante, que mejor fuera a la vuelta, donde vive la mujer. Llamo a la puerta, me abre su mujer, Inés, y me empieza a contar toda la historia de vida de Luis Cardei” comenta a Rosario/12 el realizador, Gabriel Arregui.
“Aparte de ser un gran cantor de tangos, que fue lo que me interesó en un principio, tenía una historia muy particular. Sufría la enfermedad de la hemofilia, lo que le trajo muchas privaciones físicas y complicaciones; de chiquito, por ejemplo, tuvo que estar cinco años en cama.”
El film cuenta con la interpretación de Osqui Guzmán (Luis Cardei), Ingrid Pelicori, Claudia Disti y la participación del propio hijo del cantor, Alfredo Cardei. Destaca también en el film el nombre de Rodrigo de la Serna, tanto desde la faceta actoral como musical.

-¿Tu interés por el tango es preexistente?
-Yo tenía un interés por el tango, venía escuchando tango, y me cayó en las manos un compact de Cardei que me gustó mucho. Así fue que empecé a escuchar más tangos suyos, y me di cuenta de que realmente podía llegar a filmarse una película con su vida, porque cumplía con las dos cosas que yo estaba buscando: una historia con trasfondo de tango, y una historia de vida interesante. Cardei fue un cantor completamente distinto a todos los demás, y no por cantar mejor o peor, sino porque tenía una interacción con el público que lo hacía único. Era una especie de adelantado, de showman que coqueteaba con la gente, a la que después conquistaba con sus tangos; además era un gran contador de historias, un tipo que llevaba a la gente donde él quería, era un seductor nato. Había muchas cosas como para hacer una película sobre él.

-Imagino que también debe influir la fascinación por la Buenos Aires de entonces, aunque la reconstrucción debe haber sido difícil.
-Fue muy problemática, trabajamos con la gente que se encargó del arte de la película durante mucho tiempo. Los lugares que nos servían los usamos, y los que no, los recreamos. Por ejemplo, el Foro Gandhi, que ya no existía, lo recreamos a partir de una foto que encontramos en el diario, la vieja “Arturito”, la cantina donde cantó trece años, la armamos más o menos parecida pero en otro lugar, en Bernal, en Capital, en un bar bastante antiguo. Como la acción transcurre en los años ‘40, tuvimos que buscar lugares similares, calles de tierra, empedrados y casas que respondieran a ese momento. Allí también encontramos una casa chorizo, que es donde Cardei vive casi treinta y pico de años de su vida. Por suerte tuvimos carta blanca con la casa, porque la iban a demoler en tres meses. Fue complicado, arduo, estuvimos meses buscando lugares para filmar pero, la verdad, creo que pudimos llegar a lograrlo, con mucho esfuerzo.

-¿Y cómo fue la búsqueda de material de archivo, con qué cosas te encontraste?
-Conseguí algo fundamental: que el hijo de Cardei, Alfredo (que actúa de sí mismo en el film), me facilitara mucho las cosas respecto a cómo eran sus movimientos en escena o en su vida cotidiana. Él ayudó a que Osqui Guzmán, que es quien lo interpreta en el film, lograra llegar a entrar realmente en el personaje. Después conseguí un montón de videos con actuaciones suyas, en lugares como la confitería El Molino o cuando estuvo en Porto Alegre en Brasil, además de una entrevista muy buena que tuvo con Hugo Guerrero Marthineitz en canal 7 o con personajes de la época como Pinky, en el programa “La década del ‘80”. Todo eso se lo pasé a Osqui, y además conté con su misma ayuda, porque se entregó por completo a la película.

-¿Cómo te vinculaste con Rodrigo de la Serna?
-Fue una cosa muy loca, porque tuve la suerte de que Osqui hubiese trabajado con él en Hermanos y detectives. Como me faltaba un personaje, Osqui me propuso llamarlo. Cuando vino, Rodrigo mismo me dice que no quiere hacer playback, que quiere cantar el tema. Así fue como Rodrigo de la Serna y Osqui Guzmán grabaron un tema en vivo, y es el primer tema con el que Cardei aparece en la película, cuando quiere comenzar a lanzarse como cantante. Él mismo se encargó de arreglar el tema, que originalmente estaba armado para tres guitarras y lo recompuso para una.

-Qué bueno que salas como Arteón permitan no sólo el estreno de películas como las tuyas, sino también su permanencia en cartel.
-Estuve cinco años para hacer la película, y después de que la estrené dependía de que durante un fin de semana hubiese ido una media de gente para que siguiera en cartel. Cinco años para que en cuatro días, a lo mejor, me dijeran “pibe, llevate la película”. Por suerte la pude mantener en varios lugares, en el Tita Merello estuvo diez semanas. Está teniendo un buen recorrido en lugares como Córdoba, varios lugares de Buenos Aires, La Pampa, además de haber sido seleccionada en 2008 para la competencia oficial en el Festival de Cine El Cairo y el Festival Internacional de Cine de la India, así que pude viajar y conocer otros lugares, ahora la eligieron para la muestra de cine argentino en Leipzig, en España. Es una película que me trajo muchas alegrías, a pesar de todo el trabajo que me provocó.

Publicado en Rosario/12 (24/01/2010)

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