lunes, 11 de abril de 2016

Mauricio Kartun: entrevista



La zona incierta de la creación


El prestigioso dramaturgo estará en Casa Arijón. La creación artística y el paso inevitable por el error. Equivocaciones y aciertos como maneras de sobrevivir, para crear.

Por Leandro Arteaga

Mauricio Kartun está en Rosario, con una charla magistral de título que invita: “Corregir creando. Crear corrigiendo”. La cita es hoy a las 19 en Casa Arijón (Arijón 84 bis), espacio cultural del Saladillo que depende del Ministerio de Innovación y Cultura de la provincia.
“Los títulos que uno le pone a los formatos son siempre una convención –aclara el dramaturgo a Rosario/12–, uno podría llamarlo ‘clase’, pero preferimos ‘charla’ simplemente porque eso, de alguna manera, acerca a la gente de manera más desprejuiciada. La idea, en principio, es transmitir un conocimiento y una herramienta útil con un alcance amplio, para cualquiera que quiera trabajar en esta zona incierta de la creación artística.”
El autor de Chau Misterix y La Madonnita dice que “cuando me propusieron hacer una actividad de un día, pensé en qué podía ser más efectivo, y llegué a la conclusión de que había algo que a veces perdía de vista el creador, y es que toda creación se configura en el paso inevitable por el error. En realidad, el trabajo del artista no es otra cosa que el de construir una versión de una hipótesis y luego corregirla, sucesivamente, hasta llegar al estado final. Muchas veces, por no entenderlo, por no tener las herramientas, mucha gente se asusta ante la creación, porque cree que el error lo descalifica, siendo que en todo caso, el error es solamente uno de los estados de la obra antes de llegar a su estado definitivo. Entonces, preparé esta charla, clase, o cómo queramos llamarla, de acuerdo a las necesidades de cada uno de los que asistan.”
-A los errores los cometemos en todo orden, cómo no compartirlos.
-Justamente, creo que cuando los artistas lo entienden, esa es una de las razones por las cuales no se van de la actividad artística, y es una de las pocas actividades humanas que lo permite. Creo que trabajar en estado de falla, error y corrección, es una especie de paraíso del que disfrutamos aquellos que creamos.
-Para equivocarse, ¿hay que tener disciplina de trabajo?
-Para equivocarse, hay que tener el compromiso de corregir. Establecido este compromiso, uno entra en la dialéctica interminable, en ese círculo virtuoso, que es el de trabajar desprejuiciadamente y poder descubrir qué cosas son error y qué cosas son acierto, a los aciertos hay que amplificarlos, y a los errores corregirlos.
-En este camino, ¿a quiénes hay que escuchar?
-Esto es como jugar a la paleta, necesitás crear tu frontón, no podés jugar contra cualquier superficie. Las personas a las que escuchar son los frontones que nosotros vamos, a veces, encontrando azarosamente, o a veces creando, también a los oyentes uno los va creando, acercándoles distinto tipo de material, preguntándoles cuestiones diferentes en relación a tu obra. La palabra del otro es fundamental, en la medida en que uno encuentre a ese otro con el que efectivamente se completa.
-¿Quiénes le han hecho notar errores?
-Es un especto grande que va desde mis maestros, y pondría en la cúspide de ellos a Ricardo Monti, que ha sido un lector siempre internamente prestigiado, por sus devoluciones, por lo que me podía decir, ahora hace años que no trabajo con ese frontón, pero fue fundamental en mis inicios. En la esfera interior, íntima y doméstica, el frontón es mi mujer, una lectora impiadosa, clara y espontánea, de todo lo que produzco.
El arte, dice Mauricio Kartun, es imprescindible. Sin él no se puede vivir. Y enumera: aire, agua, cultura. “El arte es la esencia del hecho cultural. El hecho cultural no sé si imita al arte, naturalmente, pero es una sustancia que encuentra su esencia en la actividad artística. Una película, una música que escuchás con los auriculares mientras estás en el colectivo, una obra de teatro que te conmueve, un artista plástico que te sorprende, incluso a veces yendo por la calle y viéndolo pegado contra una pared, una poesía, la letra de una canción. En realidad, el arte es la respiración de los pueblos. No hay otra manera de ver la realidad, fuera de la realidad, que verla en términos de una construcción poética, y eso es lo que hace el arte en cualquiera de sus manifestaciones. Por eso el hombre no ha podido prescindir de ella a través del paso de los siglos y los siglos, a pesar de que a veces para definirla haya que entrar en complejidades metafísicas. Pero, ¿por qué sigo viendo una película, escuchando música? Porque no hay otra manera de entender los ritmos de la vida que no sea a través de los ritmos musicales, porque no hay otra manera de entender la propia problemática que verla en ese espejo deformante que es una narración, un relato, un cuento, una película, o una obra de teatro. Es una respiración. Insisto: agua, aire, cultura.”

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