Un espacio audiovisual con fisonomía
Es un escenario plural –cinematográfico, televisivo, digital- el marco desde el que se inscribe la producción audiovisual santafesina. El año que pasó ha delineado aún más sus rasgos.
Por Leandro Arteaga
Previo a cualquier enumeración y rememoración de tantos títulos (y son muchos, téngase el dato), habrá de destacarse la concreción paulatina, cada vez mayor, de un escenario audiovisual propio. Lo propio remite, sin entender por esto un eufemismo localista -algo por completo ajeno al espíritu de quien suscribe-, al desarrollo de una producción de contenidos desde Santa Fe. El ámbito de expresión de tal manifestación ha crecido notablemente, y si los periodistas culturales debían, poco tiempo atrás, encontrar notas de interés en refritos o en estrenos de localidades extrañas, nada mejor que la potenciación crítica que desde los medios hubo necesariamente de practicarse ante este mundo de imágenes en ejercicio.
Entonces, y a no perder de vista este aspecto, una profesionalización periodística y específica mayor será (o habrá de ser) la resultante de tal situación, al deber dar cuenta –tal es la escena que el año pasado aportó y la que el presente promete- desde sus columnas de lo mucho que se produce. Analizarlo y criticarlo es, todavía, deuda pendiente.
Esta situación puede entenderse desde, necesariamente, la reformulación que las nuevas tecnologías han aportado al medio cinematográfico. Es decir, el cine es –desde su vertiente tradicional- una de las muchas facetas que la explosión digital contiene y subvierte. Ello desde un acceso mayor a la producción y a la difusión, merced a la proliferación de tantas pantallas virtuales. Más la tarea que significa el medio televisivo, que todavía goza de cierta identidad antes de ser, dicen, devorado por el pulpo cibernético de Internet. Repartida entre lo mucho que se expone, la producción santafesina ha dado buena cuenta, y promete más aún.
Quien aquí escribe recuerda momentos de sopor ante la tarea –de extenuantes horas- que como Jurado supo cumplir, años atrás, en el rubro mejor video rosarino del Festival Latinoamericano de Video. Rasgo afortunadamente ausente para la última edición, ya la número 18, donde la visión y discusión –de las que este cronista fue partícipe- sobre lo realizado dio cuenta de un cambio cualitativo. A recordar: Los teleféricos, de Federico Actis, más menciones a La piscina (Gonzalo Rimoldi y Melisa Lovera), El visitante (Nicolás Valentini), Desencuentro lejano de la tercera edad (Andrés Aseguinolaza) y 37738. Gastón Miranda (G. Miranda).
El Festival de Video sigue, en este sentido, como lugar de referencia. A partir de allí, ramificaciones más. Ya que la misma entidad municipal que organiza, Centro Audiovisual Rosario, es también ánima motriz de Ojo de Pez (segunda temporada en canal 5) y de la Escuela para Animadores, con su sexta promoción. Desde allí, y por un lado, la tercera temporada de Cabeza de Ratón (canal 5), el estreno del largometraje Una pinturita de ratón (Diego M. Rolle/Pablo Rodríguez Jáuregui) y, por el otro, la edición municipal del libro Haciendo dibujitos en el fin del mundo, redactado por los docentes de la Escuela. Así como agregar el acuerdo con Televisión Nacional Uruguay por parte de la Municipalidad y la venta de los contenidos Cabeza de Ratón y Cables cruzados (Fabián Gallardo).
Más festivales: Bafici Rosario (Calanda Producciones), Festival Transterritorial de Cine Underground (séptima edición), Ojo al Piojo. Festival de Cortometrajes para Niños (CAR), así como las tareas que, desde cada criterio de programación, han desarrollado El Cairo Cine Público y Arteón. Entre uno y otro ámbito se ha ampliado la posibilidad de exhibición local, tanto como la conformación feliz que significa –desde la tarea de El Cairo- el Espacio Santafesino, donde ver el resultado de los proyectos que han contado con apoyo del Programa Estímulo, del Ministerio de Cultura e Innovación de la Provincia. De esta manera ha ocurrido el estreno de largometrajes como El hombre de los guantes (Patricio Agusti), Detrás de la línea amarilla (Arturo Marinho), Los labios (Iván Fund y Santiago Loza), La infinita distancia (Florencia Castagnani), Sueño en el agua (Roberto Corvatta), Hombres de ideas avanzadas (Diego Fidalgo). Muchos de estos trabajos ya conocen un recorrido de reconocimientos y premios, tal como el que significa, relevantemente, la Mejor Interpretación en la sección "Una cierta mirada" del Festival de Cannes 2010 a la tarea de Victoria Raposo, Eva Bianco y Adela Sánchez, en Los labios. El mismo itinerario de pantalla hubo de cerrar –para abrir con su estreno durante 2012- con El Fausto criollo, de Fernando Birri, próximo a exhibirse en la Berlinale de febrero.
¿Otros títulos? Se mencionan algunos, tales como los últimos trabajos de Rubén Plataneo (Tanke PAPI), Pablo Romano (Alexander Panizza sólo piano), Gustavo Galuppo (¿Qué sois ahora?, junto con Mariano Goldgrob). Así como la mirada de “encanto/desencanto” cubano de Mónica Discépola en Las tres islas, o el caleidoscopio embelesado que es Amor amor amor – Capítulo Uno (Babini/Barés/Bastanzo/Clotti/Ferro/Luque/Monzón/Navone). Muchas propuestas, varias de ellas parte de una trayectoria de años –tal como lo que corrobora la retrospectiva de Galuppo en El Cairo, o el pre-estreno de la serie televisiva La nieta de Gardel en La Comedia, de Gustavo Postiglione, ganadora del concurso de Series de Ficción Federales, organizado por el Incaa-.
El Incaa también supo seleccionar y adquirir para la televisión digital los documentales Seguir remando (María Langhi) y Dante en la casa grande (Rubén Plataneo), en el marco del Plan Operativo de Promoción y Fomento a los Contenidos Audiovisuales Digitales. Así como El teatro en la dictadura (Cristian Cabruja) y Rosario, Ciudad de los Payasos (Pablo Zini), ganadores del concurso federal del Incaa, fueran a su vez emitidos por la señal televisiva Encuentro. El mismo canal también contuvo en su grilla la producción Paraná, biografía de un río, de Julia Solomonoff, realizada por Señal Santa Fe, como un envío que se suma a una lista de contenidos con los que Señal Santa Fe supo dar cuenta de la posibilidad cierta de una televisión pensada desde la región y con una calidad, muchas veces, superlativa.
Este enero sabrá alumbrar, a través de canal 3, los resultados de la Maratón de Producción Audiovisual, un proyecto interinstitucional, que tuvo su eje en la tarea de la Dirección de Comunicación Multimedial de la UNR. Un hecho que ocurre, así como muchos de los antes mencionados, merced a la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. En este sentido, destacar la conformación del Nodo Audiovisual Tecnológico Rosario, que será coordinado por la UNR, con el propósito de promover la producción de contenidos desde temáticas regionales y recursos de producción locales.
Por último -y no es poco, apenas unos puntos suspensivos-, destacar los diez años de divulgación de Cineastas Rosarinos, boletín virtual del realizador Mario Piazza, así como la tarea de difusión y análisis de http://espaciocine.wordpress.com/ (Fernando Varea) y http://www.rosariocine.com.ar/ (Luis María Fittipaldi).
Una más, una última. A quienes tanto quieren el cine, nada hace falta decir, y a quienes dicen “quererlo” y tienen ganas de hacer lo suyo, no más excusas. Hay medios y posibilidades que, hasta no hace mucho, eran casi impensables. A ponerse a trabajar. ¡Y a estudiar! Varios dicen hacer cine y no tienen idea de quién es Polanski. El problema no está en no haber visto sus películas, sino en no tener siquiera el mínimo interés en hacerlo.
En Rosario/12 (05/01/2012)
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