
Revista Erre! - Año 2 - #7 (08/2007)
El cine y el rock han sabido conformar su Olimpo de celebridades. Y las colaboraciones entre ambas mitologías fueron inevitables. Es más, practiquemos un leve corrimiento musical. La primera película sonora fue El cantor de Jazz (1927, Alan Crosland). El protagonista: Al Jolson, nombre musical capaz de asegurar el éxito. Y así fue. El vínculo entre los grandes nombres de la música y el cine fue pacto fáustico. A cambio del alma célebre, el celuloide garantizó inmortalidad.

Entonces, y en plenos '60, ¿qué mejor que concretar el aluvión propuesto desde los títulos de Semilla de maldad (Blackboard Jungle, 1955), con el Rock Around the Clock de Bill Haley? Los tiempos cambiaban. Y los Beatles veladamente reían del papel de chico bueno que Elvis Presley tuvo que componer en todas sus películas, y daban rienda suelta a los espectadores con A Hard Day's Night y Help! (1964 y 1965, ambas de Richard Lester). Lennon reincidió con Cómo gané la guerra (1967), melodrama surreal de Lester donde los sodados morían para renacer como muñequitos. Ringo Starr, además de cowboy, supo ser hijo adoptivo de Peter Sellers en Un Beatle en el paraíso (The Magic Christian, 1969), arrebato de cinefilia y sinsentido.
La semilla de la maldad ya había germinado. El cine se nutrió inmediatamente de músicos. Sólo Bob Dylan podía ser parte de la melancolía crepuscular de Pat Garrett and Billy the Kid (1973), del glorioso Sam Peckinpah. Mick


Iggy Pop y John Waters. Dos grandes. El título: Cry baby (1990), en donde Johnny Depp se roba a la chica como nunca lo hiciera Elvis. El genio de Iggy también se pasea por el comic-delirio Tank Girl (1995), por la segunda parte de The Crow: City of Angels (1996), y en películas como Dead Man (1995), de Jim Jarmusch. Por m

Prince, Courtney Love, Tom Petty, Michael Jackson, Tina Turner, Madonna, Eminem, suman nombres y muchos films. Demasiados para reseñar. Algunos eligen también la realización. Rob Zombie está a punto de estrenar su tercera película, una remake de Halloween, el clásico de John Carpenter (1). Marilyn Manson también dirigirá Phan

Y por último, la excusa que motivó la nota. Keith Richards como papá pirata del gran Jack Sparrow en Pirates of the Caribbean: At World’s End (2007). Convengamos, lo único divertido de una tercera parte que aburre muchísimo. Nuestros respetos al gran Keith.
(1) La presente nota fue previa al estreno del film, el cual ha suscitado la puesta en marcha de una segunda parte, también con Zombie tras las cámaras.
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