jueves, 19 de febrero de 2015

Claudio Perrin: Umbral: entrevista


Cuando la película pide ser filmada 


Afectado por el crimen de David Moreira, Claudio Perrin explica los motivos de su próxima película y la financiación por vía virtual. Un espacio cerrado y cinco personajes enfrentados. La urgencia por querer filmar.

Por Leandro Arteaga

El nuevo proyecto que el realizador Claudio Perrin impulsa, Umbral, interroga de manera dual. Por un lado, por su génesis argumental; por el otro, ante la búsqueda de financiamiento. En todo caso, dos caras de esa misma moneda que es hacer cine, tan complejas como recíprocas: sin guión no hay película, sin plata tampoco.
Ahora bien, con Umbral se plantea un dedo profundo en la llaga, desde un sostén narrativo que serpentea y pica a todos de maneras distintas. En palabras del propio cineasta: “Umbral surge en base a lo ocurrido con el linchamiento de David Moreira (asesinado a golpes por un grupo de personas, después de que le hubiera robado la cartera a una joven, en marzo de 2014 en barrio Azcuénaga) y la seguidilla de casos que se dio después. A la semana siguiente, en Buenos Aires se registraron algunos casos más, que no llegaron al mismo final trágico. Es algo que me conmovió mucho, en el sentido de la crudeza que tiene todo el asunto. Me puse a investigar y en toda Latinoamérica hay hechos similares, en Perú y en Bolivia son bastante comunes. Encontré el caso de un policía peruano, que salía de festejar su ascenso, estaba de licencia, andaba borracho por la calle y lo lincharon confundido con un ladrón o con alguien que hacía escándalo.”
La sinopsis de prensa de Umbral dice: “Una casa vacía en la noche. En la calle se escuchan gritos hasta que cinco personas cruzan el umbral de la puerta sitiados por el silencio de un crimen”. Perrin completa: “No es que me basé solamente en el caso de David Moreira, sino también en similares, lo quiero aclarar porque mucha gente piensa que voy a retratar su crimen. Se trata de un disparador, que me llevó a pensar qué pasaba por la cabeza de los que habían hecho eso durante el momento inmediato, siguiente, posterior. ¿Qué pasaba por la cabeza de esta gente? Esa fue la saliente del tema de Umbral. Me gustaba la idea de juntar a esas personas en una casa, que estuviesen forzados a estar juntos por cierta cantidad de tiempo y ver qué pasaría entre ellos, cómo sería la simbiosis entre los personajes. Me conmovió mucho pensar en algo que, al menos para mí, es aterrador.”

-¿En qué estado se encuentra el trabajo de guión?
-Voy por una tercera versión. En principio, me gusta escribir una primera versión bastante incipiente, sin pensar demasiado, dejándome llevar sobre cómo puede derivar la historia. En la segunda voy corrigiendo, veo qué cosas no funcionan, agrego más detalles. Ahora estoy en la tercera versión y el final cambió bastante, me parece mejor de cara a la trama de la historia.

-¿El reparto está definido?
-Sí, voy a volver a trabajar con Claudia Schujman y Miguel Bosco (los protagonistas de Bronce, película anterior de Perrin), junto a Gustavo Guirado, Bárbara Peters y Tito Gómez, con quien vuelvo a filmar después de muchos años. Ellos son los cinco personajes que están aglutinados en esa casa, sin poder salir, porque afuera está llegando la policía. Pero al afuera no lo voy a mostrar, yo me quedo con el adentro. 

-¿Cuándo apareció el título “Umbral”?
-Durante la primera versión del guión. Mientras escribía el guión, justo estaba leyendo un libro sobre mitologías y en muchas de ellas se habla de cruzar el umbral. Me gustó esta metáfora de cinco personas que cruzan un umbral duro, muy trágico, en una decisión crucial, porque no se vuelve a ser el mismo después de haber hecho esto. Me gustó jugar con esta idea de que al principio se vería el umbral de la puerta de casa y los pies de los que entran para no poder salir. Acá hay también una situación de encierro, carcelaria; yo imagino que los personajes inconcientemente están pensando que esta especie de cárcel podría preanunciar lo que les pasaría si los agarraran. Hay varias ideas.

-¿Cómo surge la idea del crowdfunding?
-Aparece ante la necesidad de poder producir algo en forma inmediata, lo más pronto posible. En cierto modo, estoy un poco desanimado con los concursos, se tornan muy largos, uno no sabe si sale, y si no salís tenés que volver a presentarte, a esperar una respuesta. Si uno tiene la suerte de salir favorecido, a veces se pierde el enamoramiento con el proyecto, con la trama, porque uno llega medio cansado, sin ese grado de seducción que se tenía al inicio. Uno se tiene que enamorar de su trama, de sus personajes, del trabajo con los actores, y cuando llega esa posibilidad, a lo mejor ya pasaron dos o tres años. Y cuando se llega al rodaje, todo ese feeling que se tenía decae mucho. De la posibilidad del crowdfunding me enteré al hablar con unos colegas cuando fui jurado del Festival de Cine con Vecinos de Saladillo, comentando sobre las problemáticas que teníamos los cineastas independientes y del interior. Yo estaba un poco descreído, pero me puse a investigar, miré otros proyectos y lo que recaudaron, y me propuse probar, a ver qué resulta. Vamos a ver si por medio del apoyo de particulares podemos llegar al monto necesario para financiar la película, sin tener que armar carpetas de presentación ni de presupuestos. Es una plataforma latina de financiamiento (http://idea.me/), donde uno se registra y puede hacer aportes que van desde los cien a los diez mil pesos. Estamos en esta etapa.

-¿Ya tuviste una respuesta?
-Tenemos algunas colaboraciones, estamos en un ocho por ciento del proyecto, tenemos que llegar al diez por ciento para que Idea.me lo publicite en su página de inicio. Por eso hay que movilizarse fuertemente para alcanzar ese diez y que el proyecto pase a ser difundido de otra manera. Por ahora, solamente es visible para quienes yo les doy el enlace. Es una alternativa interesante, hay proyectos que incluso han superado el tope que tenían. Yo no soy una persona muy ansiosa, pero sí en este tema, porque uno quiere producir y tengo muy en claro que no tengo que perder el enamoramiento con el proyecto, porque una vez que se pierde se nota, he visto trabajos a los que les falta el amor del director.
Para acceder a la posibilidad de colaborar con Umbral, de Claudio Perrin, consultar: http://idea.me/projects/27144/umbral



Claudio Perrin es egresado de la Escuela Provincial de Cine y Televisión de Rosario, y en su trayectoria destaca una mirada abocada a personajes circunspectos, atravesados por un malestar que les carcome. Es el caso del policía corrupto de Cobani (1988, codirigida con Roberto Bianchi) y del vendedor de ciudad de Cosecha (1995), preso de una telaraña rural. Si Cobani fue destacado en su momento –por calidad de producción e interpretación- por el Jurado del Festival de Video Latinoamericano Rosario, el caso de Cosecha fue mayor, al ser elegido Mejor Video Rosarino de ese Festival. En Los deseos del camino (2001) -seleccionada en el Festival de Cine y Video Latinoamericano de Toulouse- es momento de viajar, de partir, de ir hacia el mar. Mientras que en Terminal (2007), el protagonista se pierde en sí mismo mientras merodea por la terminal de ómnibus a la espera de su próximo trabajo por encargo. La película más resuelta de Perrin, en cuanto a la depuración de sus formas, es Bronce (2013), premiada nacional e internacionalmente, a partir de la historia de dos hermanos y una angustia que es el concepto de su puesta en escena. “El recorrido de Bronce ayuda y mucho”, dice Perrin de cara al esfuerzo supuesto para el financiamiento de Umbral, “pero continúa siendo una escalera, se trata de otro peldaño más, tal vez ahora un poco menos forzoso”.
 

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