domingo, 1 de mayo de 2011

Scream x Tres: Wes Craven (1996, 1997, 2000)


SUSTOS POR TRES

Un repaso a la trilogía Scream


Por Leandro Arteaga

Scream (1996), Scream 2 (1997). Dir: Wes Craven. Guión: Kevin Williamson.
Scream 3 (2000). Dir: Wes Craven. Guión: Ehren Kruger.


El verdadero asesino

La primera incursión cinematográfica de Wes Craven data de 1972: una imitación de “Mission: Impossible” en 16 mm., realizado junto a un grupo de estudiantes. Ese mismo año estrena Last House on the Left su primer largometraje, y se sitúa como miembro de una generación prolífica y renovadora, junto a nombres como los de Tobe Hooper, George Romero, John Carpenter. Reafirma su membresía con un ya clásico del género: Pesadilla en lo profundo de la noche (A Nightmare on Elm Street, 1984), film que instaura a Freddy Krueger como personaje emblemático, víctima de distintas secuelas, y que el director sólo retoma en La pesadilla final (Wes Craven’s New Nightmare, 1994). Con mayor y menor suerte, Craven se ha movido dentro del género que más ha redituado a los estudios (The Hills Have Eyes, 1978; Swamp Thing, 1982; The Serpent and the Rainbow, 1988; Shocker, 1989; Vampire in Brooklyn, 1995; entre otras), pero que no han terminado de satisfacer a quien realiza. Prueba de ello es su exigencia contractual a Miramax –vía éxito Scream- de realizar su atípica Música del corazón (Music of the Heart, 1999), nominada al Oscar por el protagónico de Meryl Streep.

Buscando un director

Luego de finalizar el guión de título “Scary Movie”, el escritor Kevin Williamson y asociados se dedicaron a la búsqueda del director. Uno de los primeros consultados fue Wes Craven pero, ocupado como estaba con la remake del clásico The Haunting, la elección derivó entre realizadores como Robert Rodríguez (1), Danny Boyle y Anthony Waller. Al deshacerse el proyecto citado (2), Craven estuvo disponible para esta nueva película que, a mitad de su producción, pasaría a llamarse, definitivamente, “Scream”.
Scream significó no sólo un suceso de taquilla para la Dimension Films de Miramax sino que, y a partir de ello, importó como resurgir espontáneo para el género de terror. Si bien esto es ambiguo de señalar, ya que el terror siempre tuvo cultores y degustadores, sí es cierto que, comercialmente hablando, los grandes estudios ya no se interesaban en demasía por películas afines. El mismo Craven lo ha señalado: “Como las películas de terror no son costosas, la gente que no ama al género se tienta de descartarlas como basura. Afortunadamente, películas como Scream, The Sixth Sense y The Blair Witch Project, siempre aparecen para revivirlo” (3).

Sidney y sus amigos

La trilogía Scream desenvuelve sus tramas argumentales en tres escenarios reconocibles: el pueblito de Woodsworo, un colegio secundario, y un estudio cinematográfico de Hollywood. En las tres historias el mismo grupo de personajes, variable en función de los decesos, girará en torno de la verdadera heroína: Sidney Prescott (Neve Campbell).
Sidney, análoga Jamie Lee Curtis contemporánea, es virgen, su madre fue asesinada, y todos esos temores se suman a una extraña voz impersonal que, telefónicamente, la acosa, la asusta, y se personifica en un fantasmal asesino de máscara blanca y ropa oscura. El asesino elimina uno por uno a los distintos amigos de Sidney, cierra el cerco sobre ella y desvirtúa, por falta de pruebas, la inocencia o culpabilidad de cualquier implicado.
Entre los personajes encontramos dos que, con el continuar de las secuelas, obtendrán una importancia progresiva: el atípico oficial Dewey Riley (David Arquette) y la periodista sensacionalista Gale Weathers (Courteney Cox). Entre ambos se origina una relación afectiva improbable y delirante que será uno de los guiños permanentes para la continuación de la saga. Dewey, por su parte, será el que más daño físico obtenga en el correr de las historias (en su ingenuidad parece radicar su valentía), en tanto, Gale se valdrá de su falta de escrúpulos para la obtención de ese Pulitzer inalcanzable y elitista.
Cotton Weary (Liev Schreiber), supuesto asesino de la madre de Sidney, deambula también por las calles de Woodsworo tras haber cumplido su condena, Billy (Skeet Ulrich), novio de Sidney, se impacienta sexualmente con su pareja, y, entre muchos de los otros personajes, se destaca Randy (Jamie Kennedy), el cinéfilo fanático que, desde su pasión de video, analiza los hechos que acontecen como si se tratara de una verdadera película de terror (!).
Estos ingredientes, que se mezclan en una paranoia sistemática, son retomados en las continuaciones bajo el espectro omnipresente del asesino. Éste viste un atuendo negro con capucha –a la manera de un monje negro- sumado a la ya clásica “Ghostface”: máscara que es una suerte de calavera deforme en perpetuo grito de susto. Su arma es un cuchillo gigante y, por qué no, fálico; como aquél del que Michael Myers se valía para asustar y matar en Noche de Brujas (Halloween, 1978, John Carpenter).
Al prescindir, con estas características, del aspecto sobrenatural de personajes como Jason (de la serie “Martes 13”) o el citado Myers, cualquiera puede convertirse en el asesino de Scream. Pero, lo que más interesa, antes que sus identidades, es el móvil que induce a matar. Los asesinos de la primera Scream se declaran fanáticos del cine de terror (y se ríen en la cara de la siempre patente censura norteamericana respecto del tratamiento de la violencia (4)); en la segunda, los responsables se conocen por Internet (y echan por tierra la supuesta nocividad de los films al poner en entredicho a la Red); y en la tercera, y felizmente, Hollywood es atacada como blanco de sospechas.
Sidney es quien madura y progresa, quien se cae y se levanta, aún cuando, sobre el comienzo de Scream 3, la encontremos recluida y aislada. Es en la primera historia donde Sidney tiene su relación sexual (que se revelará tortuosa); en la segunda desdeña el cariño de su novio, Derek (Jerry O’Connell), y lo conduce hacia la misma muerte; y en la tercera su existencia reside en la soledad, presa de un misterio en el cual el fantasma de su difunta madre recorre sus sueños como pieza clave para la resolución de la historia. Es, de hecho, en el continuo repaso del pasado –así Scream se cita permanentemente- donde Sidney podrá encontrar su reposo ansiado.

Scream: lugar de encuentro

Scream logró formar un universo propio, definido, y digno de inscribirse en los mejores que el cine de terror ha obtenido; ello lo logra al situarse como punto de anclaje de toda una historia cinematográfica anterior. El universo de Scream, mezcla de horror y diversión, es el de toda una generación que ha crecido en el gusto por la TV (5) y el video –herramienta indispensable para la visión y revisión de un cine pasado-, y que puede releer, de esta manera, los innumerables tics y clichés a los que las películas aluden.
En este sentido, podemos identificar lo metarreferencial como rasgo propio de la trilogía. Craven ha caracterizado Scream 2 como una “reflexión de la reiteración” (6) que involucra, aunque demás esté decirlo, a la misma película.
Scream 2 tal vez sea la más perfecta de las tres. La secuencia inicial -una de las marcas registradas de los films- nos muestra a una pareja de color (Jada Pinkett y Omar Epps) concurrir a la première de “Stab”, la película que adapta los hechos que el bestseller de Gale Weathers –“The Woodsworo Murders”- relata. La primera secuencia de Stab es una suerte de mirada distorsionada sobre la primera Scream, donde Heather Graham ocupa el lugar de Drew Barrymore en una escena con ducha alla Psycho incluida. Entretanto, un muñeco del asesino sobrevuela la sala y homenajea a William Castle y su House on the Haunted Hill (1958). La pareja será asesinada y, “sin querer”, dará razón a la crítica que sostiene que los negros siempre son los primeros en morir en un film de terror; en tanto, estas muertes se provocan en un clima de festividad (la del cine) que entremezcla realidad y ficción. Pero, ¿se confunden éstos? Ante el grito desgarrador de la víctima sangrante, la sala entera y la misma película se ponen de acuerdo para guardar silencio...

Desencantando Hollywood

Si Scream 2 se reitera y reflexiona, Scream 3 lo hará con respecto a la saga en general y elige, como blanco para sus dardos, a la misma industria cinematográfica. Aquí los asesinatos se confunden dentro del mismo estudio de filmación, durante el rodaje de “Stab 3”. El asesino, producto de un perverso y falso Hollywood, se revela tal vez como inocente ante el descubrimiento de su identidad. Para dar cuenta del cinismo de Hollywood están los cameos sorpresivos que el film depara: Roger Corman (referente infatigable del “bajo presupuesto”), el a veces controvertido Kevin Smith, y Carrie Fisher (la actriz que superó sus graves problemas de adicción). En este sentido, Scream 3 está cerca de ser una crítica desenfadada pero coherente: Hollywood es engañoso y, de hecho, es de allí desde donde la semilla de maldad germina.
Pero el aspecto primero y más importante, que se desprende ante la identidad verdadera del psicópata, no hace otra cosa más que hablar de la constante metarreferencialidad con la que Scream juega: el asesino no es otro más que, cifradamente hablando, el propio Wes Craven.
No vamos a finalizar sin destacar al primer y más significativo elemento del que Scream se vale: el teléfono; instrumento que el asesino (lo que es decir: Craven) utiliza para manipular personajes y espectadores, vital para la narración y su fuera de campo. Porque, ante todo, el cine de terror es fuera de campo y, sobre todo, Craven de esto, como buen narrador que es, sabe demasiado.

Algunos datos a destacar:
-Scream 3 es la película número 23 de Wes Craven (02/08/1939).
-Antes de Scream, Neve Campbell había protagonizado films como The Canterville Ghost, The Dark, y The Craft (junto al propio Skeet Ulrich).
-Kevin Williamson, uno de los principales responsables del éxito de Scream, sólo tuvo tiempo de escribir un pequeño esbozo de la tercera parte, debido a su tarea inmediata como escritor y director de Teaching Mrs. Tingle.
-Su lugar lo ocupó Ehren Kruger, a quien se debe el guión de Arlington Road y de Deception, de John Frankenheimer.
-Dimension Films "continuó" Scream desde la parodia que supone la saga Scary Movie, cuyo primer film (Keenen Wayans, 2000) combinó elementos de The Blair Witch Project, The Sixth Sense, y de Matrix.

Algunas reflexiones:
“[Scream] es un poco más inteligente que muchas películas de terror, y no sé si todavía concuerdo con aquellos que dicen que Scream es una película de terror” –David Arquette (Fangoria #162, 05/97, USA)
“Adoro que Sidney tenga tal enorme transición en el film, yendo desde una obviamente atormentada, traumatizada e insegura joven, hasta resurgir de una manera poderosa” –Neve Campbell (Fangoria #162, 05/97, USA)
“Fue realmente raro ver la película [Scream 2], porque estaba sentada con el público y era como una película dentro de una película dentro de una película. Fue bellamente extraño” –Jada Pinkett (Fangoria #170, 03/98, USA)
“La primera persona de tu audiencia a la que debes asustar es a ti mismo. Debes convencer a la gente de que estás loco, de que sabes cuáles son sus temores ocultos y de que los arrastrarás hacia fuera para destruirlos” –Wes Craven (Fangoria #171, 04/98, USA)
“Como escritor, uno escribe cosas que no son siempre visuales. Tuve este problema con Scream. Yo escribí: ‘el asesino usa una máscara blanca’, y fue mi modo de describirlo. Luego Wes [Craven] me dijo: ‘Bueno, ¿con qué más se viste? ¿Usa jeans azules?’” –Kevin Williamson (Fangoria #168, 11/98, USA)
“Es interesante en lo mucho que [Scream] se parece a lo que yo me imagino sería escribir un episodio de Scooby Doo” –Ehren Krueger, guionista de Scream 3 (Fangoria #190, 03/00, USA)


Notas
(1) Rodríguez realizará otro guión de Williamson que, originalmente, iba a dirigir el propio escritor: Aulas peligrosas (The Faculty, 1999).
(2) La maldición (The Haunting, 1999) contará, finalmente, con la dirección de Jan DeBont.
(3) Revista Fangoria #189, 01/00, USA.
(4) La misma censura que ha hecho que Scream 3 deba menguar sus escenas violentas y apelar más a la comedia.
(5) Neve Campbell provenía de la serie televisiva Party of Five, así como Courteney Cox era reconocida por su papel en Friends.
(6) Revista Premiere #257, 08/98, Francia.

1 comentario:

mge dijo...

Buenísimo este repaso, no se suele escribir mucho sobre Scream porque siempre se la considera como "una más" y la verdad es que no, no es una más.

Me sorprende que tu favorita sea la segunda, que es para mí una de las mejores segundas partes que he visto de cualquier saga, porque nunca lo había leído hasta el día de hoy. Casi todos se quedan con la 1 y con la 3, o con la 4ta. que todavía tiene que decantar en el imaginario colectivo para poder ser apreciada como se debe, es decir, a la distancia.

Estuve leyendo que si la peli recauda 100 millones a nivel mundial, se vendría la 5ta. Yo no suelo apoyar la continuidad de las sagas pero como se dice habitualmente "hay equipo" y no creo que la dupla Williamson/Craven decepcione.

Ya lleva 4 aciertos de 4.